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Marcelino Oreja renuncia a la "carrera" para seguir como comisario europeo

Xavier Vidal-Folch

"En este momento no estoy en la carrera para ningún cargo público". Con esta declaración, el comisario europeo Marcelino Oreja dejaba ayer las manos libres al presidente del Gobierno, José María Aznar, para proponer al próximo hombre fuerte de Bruselas, el italiano Romano Prodi, los nombres que prefiera como miembros de la futura Comisión Europea. Le desligaba de anteriores compromisos -pese a que Aznar ha mantenido mutismo con los afectados- y facilitaba la candidatura de la ex ministra de Agricultura Loyola de Palacio.

Ante las dudas y el persistente silencio del presidente del Gobierno, enfrentado a la dificultad -al parecer insalvable- de haber formulado iguales promesas a dos personas distintas, Oreja respondió con su elegancia habitual, autoeliminándose como obstáculo. Por tres veces insistió ante la prensa en que no concurre a "la carrera" por el puesto de Bruselas, ni para ocupar "ningún cargo público".Informó de que había transmitido previamente ese mensaje a La Moncloa y tuvo el detalle de agradecer a Aznar que le hubiese propuesto acceder a esa responsabilidad en 1994.

Pero al mismo tiempo, el comisario reiteró su disposición a trabajar con "los ciudadanos españoles" y desde su partido, el PP, al servicio de sus "ideales europeístas" de siempre, aunque aseguró que no tiene ahora un proyecto concreto. A la pregunta de si estas manifestaciones equivalían a que descarta por completo figurar en el Gobierno de Prodi, respondió: "No contemplo, en este momento, esa posibilidad".

No se excluye

Es decir, Oreja se aparta. Pero parece que tampoco excluye -aunque ni siquiera lo insinúa- que en un momento dado pudiera responder positivamente a una propuesta de Prodi y Aznar de permanecer en el Ejecutivo comunitario. No la buscará. No está compitiendo con De Palacio. Eso es lo que quiso dejar claro. Y detalló su actitud, asegurando que "no es bueno aferrarse a los cargos" y recordando que en 40 años de vida pública no había pedido "más que un puesto, el consulado general en Lisboa", en 1983.

El titular de Exteriores, Abel Matutes, expresó su "respeto político y admiración" hacia el comisario por su "actuación brillante" y su "sentido del Estado". Pero dijo que en su conversación previa con Oreja, éste no le dejó "explícito su deseo de dejar su cometido como comisario".

La decisión de Oreja incrementa las posibilidades de la candidatura de Loyola de Palacio para la Comisión Europea, siempre que el llamado caso del lino, las subvenciones comunitarias recibidas por varios de sus colaboradores, no sea considerado por Prodi como un obstáculo.

El profesor boloñés ha reclamado que los aspirantes sean "intachables", no susceptibles de crítica. Y ha pedido nombres a los primeros ministros de mujeres, lo que fortalece a De Palacio.

Oreja le echó ayer un cable: "Estoy seguro de que la propuesta" de Aznar "obtendrá la aceptación de Romano Prodi, porque será un excelente candidato o candidata", y valoró el papel de De Palacio en la última negociación agrícola.

El descarte de Oreja favorece indirectamente las posibilidades de que, por parte socialista, el también ex ministro Carlos Westendorp -actual Alto Representante Internacional para Bosnia- acceda a la Comisión, porque presenta un perfil parecido, el del diplomático, frente al más económico de De Palacio y del ex titular de Economía con Felipe González, Pedro Solbes.

Alemania aspira a ocupar el puesto de Míster PESC -el secretario del Consejo de ministros de la Unión que personalizará la Política Exterior y de Seguridad Común-, cargo para el que España ha propuesto el nombre de Westendorp. Bonn resolvería así su necesidad de contar en Bruselas con tres puestos, para un democristiano, un socialista y un verde. Además, Aznar ha mostrado recientemente a sus círculos más cercanos menos entusiasmo por el candidato español que cuando lo presentó. Cualidades de Solbes

Por otra parte, Solbes, al que se le reconocen las cualidades idóneas para una cartera económica en Bruselas, es el preferido de los Quince para la presidencia del Banco Europeo de Inversiones.

A solicitud de los otros catorce, el vicepresidente Rodrigo Rato propuso su nombre, tras haber tenido que retirar su propuesta de nombrar para el puesto al presidente del ICO, Fernando Bécker, poco conocido en la UE.

Rato ha trabajado intensamente para la candidatura de De Palacio. Ésta aspira, en principio, a la cartera de Agricultura, o de Política Regional -será difícil que España obtenga una de ellas, pues es uno de los países que reciben más fondos de ambas- o de Competencia, que también reclama Francia y suele recalar en nacionales de países pequeños.

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