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El acuerdo para el campo de golf de Benicàssim queda en entredicho

María Fabra

A última hora de noche de ayer y con la amenaza de presentar las pruebas de recusación del voto del alcalde de Benicàssim, Alejandro García, por "amistad íntima" con Batalla. De esta manera, acababa un largo día y empezaba una madrugada de negociaciones entre los dos grupos empresariales que presentaron propuestas para la urbanización de más de dos millones de metros cuadrados y la Agrupación de Interés Urbanístico (AIU) que aglutina a los propietarios del 64% del terreno afectado. A la hora de cerrar esta edición, la ruptura de las mismas estaba en manos de García y en su decisión de aplazar el pleno convocado para hoy o llevarlo adelante pese a su recusación. La formulación del pacto como tal, pese a que el presidente de la Diputación de Castellón, Carlos Fabra, lo anunciara la pasada semana, no se ha completado. En principio, se había acordado una participación conjunta en el desarrollo del área ubicada en el límite de los términos de Castellón y Benicàssim. Así, cada uno de los grupos, Batalla y Gimeno, contaría con un 20% de participación. El mismo índice correspondería a la Clínica Operatoria San José (la tercera empresa que presentó propuesta) y a Bancaixa, que participaría a través de Cisa, su grupo inmobiliario. La AIU lograría el 10% de la participación, mientras que el otro 10% estaría cubierto por otras empresas. La mediación de Carlos Fabra -anunciada a bombo y platillo desde el mismo palacio provincial- respecto al acuerdo entre las dos grandes empresas constructoras de Castellón para la construcción de un campo de golf y una gran urbanización con hoteles y cerca de 2.000 viviendas en Benicàssim ha quedado en entredicho. Fabra anunció un acuerdo entre los grupos Batalla y Gimeno para dar fin a una polémica en la que el PP era acusado de "perder, incluso, las formas" en la adjudicación de dicho proyecto a la propuesta avalada por Batalla. Sin embargo no era más que un principio de una negocación mantenida para evitar la recusación del alcalde benicense. "Amistad íntima" Las maniobras legales utilizadas por los populares para la aprobación, en comisión de Urbanismo, de dicha oferta fueron recurridas, mientras la AIU mostraba su postura contraria a la decisión del PP de Benicàssim que votó, junto al PSPV, en favor de Batalla. Sin embargo, el detonante fue la recusación presentada contra el alcalde, Alejandro García, por parte de la AIU, que alegó "amistad íntima" entre el alcalde y Batalla. Las pruebas que se iban a presentar a este respecto fueron aplacadas con el anuncio de un acuerdo para el que Fabra no contó, siquiera, con la presencia de un representante del consistorio benicense. Pero cuando todo parecía haberse convertido en una balsa de aceite con el pacto entre empresas y propietarios, se convocó la celebración de un pleno para la aprobación de la propuesta de Batalla. Al parecer, la corporación no tiene constancia del acuerdo que anunció Carlos Fabra, por lo que la adjudicación ha seguido el procedimiento previsto.

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