Homenaje a Olavide

Para nadie bien enterado del ser musical español es un secreto que Gonzalo de Olavide (Madrid, 1934) figura en el cuadro protagonista de nuestros compositores. Su sensibilidad, su talento, su saber hacer y su rigurosa exigencia, le rodean de un halo de fuerte prestigio. Así, el homenaje rendido el sábado en el Museo Thyssen por el CDMC y el Grupo Plural que dirige Fabian Panisello (Buenos Aires, 1963) tuvo calor y autenticidad. Tres partituras características de Olavide nos dijeron mucho de la unidad sustancial y la diversidad de sus ideas y soluciones. Dispar, para flauta y violín, de 1981, no estrenado hasta ahora, Precipiten para violoncello y piano, de 1994, y Varianza para quinteto, de 1975, aportan información y belleza suficiente como para definir los perfiles de un artista equilibrador, en todo momento, de la razón y el sentimiento o, si se quiere, de la lógica y lo mágico.