La naranja mecaniza a Palma del Río

Hablar de Palma del Río es hacerlo de sus naranjas. La práctica totalidad de los 19.080 habitantes de este pueblo, situado en la parte oeste de la provincia de Córdoba, en el límite con Sevilla, vive de la recolección y manipulación de esta fruta. Y quien no se dedica a eso vive de los demás. Palma del Río cuenta con un importante sector de servicios que atiende a la comarca del Bajo Guadalquivir: bancos, colegios, institutos, consultas médicas, bares y tiendas son fáciles de encontrar en las calles comerciales del pueblo. Junto a ello, la construcción está en alza. Desde hace varios años, la ciudad figura en los primeros puestos de la provincia cordobesa en número de viviendas construidas. Según datos facilitados por el Ayuntamiento de la localidad, durante el año 1997 se terminaron un total de 235 viviendas; al año siguiente, se llegó a las 300 casas edificadas. Todo parece indicar que el presente año puede incluso superar al anterior, que ya fue de por sí bueno. El gran logro de Palma del Río ha sido conseguir la industria necesaria que permita retener el valor añadido que supone la comercialización de la fruta producida en las explotaciones agrícolas de la zona. En Palma del Río se recolectan 90 millones de kilogramos de naranja cada temporada. Hasta principios de esta década, toda esa producción viajaba al Levante español, yéndose con ella gran parte de la riqueza, que revertía en la industria valenciana. Polígonos que crecen En 1991 se construyó el primer polígono industrial de Palma. En cinco años estaba saturado de factorías, por lo que se amplió a una segunda fase. Hoy, ya se ha iniciado la tercera parte del polígono. En menos de una década se ha pasado de vender a otras comunidades la fruta producida a ser el centro comprador. Actualmente, la industria hortofrutícola de Palma del Río manipula aproximadamente 250 millones de kilogramos de naranja, gestionando la mayor parte de la producción andaluza. Pese a todo, las listas del paro registran un buen número de desempleados. La producción de la fruta es temporal, por lo que la mayor parte de la población disfruta del subsidio de desempleo agrario. O sea que en los meses de mayo a octubre, acabada la temporada de la naranja, teóricamente en Palma del Río hay exceso de mano de obra. Según los empresarios de la zona -e incluso los vecinos les dan la razón-, "quien no trabaja es porque no quiere". Todo el mundo en Palma del Río reconoce la importancia de la economía sumergida, y la picaresca existente con el cobro del paro agrario. Felizmente, se han superado los años en que el pueblo era conocido por el tráfico de drogas y su alta tasa de marginalidad. El alcalde, Salvador Blanco, del PSOE, asegura que todo está erradicado. Desde la oposición, el candidato del Partido Popular, Cesáreo Callejón, asiente, aunque matiza que ha sido un logro obtenido gracias al cambio de mentalidad de los propios palmeños, que han ido apartando y marginando cualquier foco de drogadicción. En cuanto a la cultura, Palma del Río cuenta con una de las muestras de teatro más importantes de Andalucía. Desde hace 16 años, todos los veranos, a principios de julio, se celebra en la localidad la Feria de Teatro del Sur. Cada vez es más el prestigio alcanzado por la muestra, que ya se considera un referente ineludible para entender las nuevas tendencias de las compañías andaluzas. El PSOE gobierna la ciudad desde 1979. En este mandato los socialistas, encabezados por Blanco, han disfrutado de mayoría absoluta con nueve concejales; el Partido Popular cuenta con cuatro ediles; IU, con tres; y el PA tiene un concejal. El único partido que repite candidato es el PSOE. Blanco aspira a revalidar la mayoría absoluta, y según el parecer de la calle, lo conseguirá sin problema. El PP presenta a Cesáreo Callejón, hasta ahora concejal por su partido. IU acude a las urnas con Francisco Martínez y el PA con Manuel López.