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FESTIVAL DE TALAVERA

Ganó José Tomás por la mínima

Como Chopera sabe hacer bien las cosas, ha tenido el acierto de montar, para el primer festejo de la feria talaverana una corrida con dos toreros -Ponce y Tomás- que andan jugando entre sí al escondite. "A ver si estos se ven ya de una vez las caras y el público saca la vara de medir", habrá pensado. Y para que haga de mirón -es un decir- y de paso se llene la plaza, ha metido a El Juli en el cartel. Vaya pupila la de don Manuel.El envite le ha salido redondo. Al amparo de un público entregado, facilón y torerista, los diestros se han repartido un total de siete orejas. Y en el duelo Ponce versus Tomás ha ganado el de Galapagar por 3 a 2. Escasa diferencia. De momento.

Al éxito han contribuido, de forma muy destacada, los toros del hierro de Zalduendo. Una corrida muy encastada, con la embestida incansable que tiene todo lo que procede de Jandilla. Sólo ha emborronado el excelente juego del encierro la falta de fuerzas. Por lo demás, han tenido una digna presentación, en la que ha destacado el trapío irreprochable del sexto. Y lo más lamentable ha sido que un público dedicado a enaltecer todo lo que hacían los toreros, así fuese bueno, malo o regular, no ha dedicado ni una palma a los toros en el arrastre y se ha olvidado de pedir que saliera a saludar el mayoral al final de la corrida. Pero así son los públicos de hoy en día y sólo queda el derecho al lamento y la queja inútil.

Zalduendo / Ponce, Tomás, Juli

Toros de Zalduendo (uno devuelto por reparado de la vista), bravos y con poca fuerza; 5º, sobrero, terciado y aborregado.Enrique Ponce: media estocada y rueda de peones (oreja); pinchazo y estocada (oreja). José Tomás: estocada corta atravesada, rueda de peones y descabello (oreja); estocada (dos orejas). El Juli: pinchazo y estocada caída (dos orejas); pinchazo, estocada atravesada que asoma y dos descabellos (aplausos). Los tres espadas salieron a hombros. Plaza de Talavera de la Reina, 15 de mayo. 1ª corrida de feria. Lleno.

El reparto de trofeos ha sido, probablemente, injusto y discriminado. Excesivas e inmerecidas las dos orejas que ha cortado El Juli en el tercero, el mejor de toda la corrida. Parecía una máquina de embestir. Y a esa máquina, que no paraba de meter el morro en la muleta, a la que acudía como un cohete, El Juli le ha dado una larga sesión de pases incoloros e insípidos por todos los terrenos de la plaza, sin embarcar con dominio y arte ninguna de las embestidas. Pero con El Juli está funcionando a maravilla el instinto maternal del público, que ve cómo un niño rubiete y con cara de chico bueno de la clase se arrima a un animal con cuernos que se lo puede comer. Sería interesante ver qué es lo que ocurre dentro de diez años, cuando el niño ya sea un talludo señor de 26 primaveras. Seguro que va a ser otra cosa.

Ponce y Tomás han llevado a cabo su enfrentamiento dando de sí todo lo que tienen, cada uno dentro de su línea. Enrique en plan esteta, con una excelente técnica para hacer faenas larguísimas a toros sin fuerza, a base siempre del medio muletazo, lleno de plasticidad, pero poco castigador. Los pases de pecho, que le salen templados y larguísimos, llegan mucho al público y no cabe duda de que tiene el secreto de la colocación y el toque en el momento y el sitio justo para conseguirlos.

José Tomás ha dominado al segundo toro, que entraba rebrincado y punteando, con la magia de su mano izquierda, con ese admirable golpe de muñeca y ese echar la muleta abajo y hacia atrás para romper a los toros.

En el quinto, que tenía poca presencia, Tomás ha toreado con quietud, tranquilidad, seriedad y temple. Pero el toro era un borrego y no llegó a emocionar en ningún momento.

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