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Reportaje:

El poder quiere ser mujer

Lo que distingue al Partido del Progreso de la Axarquía de las demás formaciones políticas que concurren a estas elecciones municipales en la localidad de Vélez-Málaga no es su ideología, ni sus siglas -PAX, como paz en latín- ni la paloma que hace las veces de imagen de marca. No. Lo que les diferencia del resto es que su lista está encabezada por cinco mujeres. "A la hora de decidir en qué orden íbamos, nosotras éramos las más dispuestas a trabajar y a comprometernos", explica Ángela Gómez, candidata a la alcaldía. Esta abogada de 38 años no cree que su programa tenga un contenido especialmente feminista. "No hace falta", asegura, "va implícito. Ser mujer y no ser feminista es estúpido". ¿No han encontrado obstáculos en su avance? "Los hombres de nuestra lista son muy modernos y no han tenido ningún problema en dejarnos paso", dice Ángela. Juan José Gámez, el presidente del partido, que va como número seis, es un buen ejemplo de esta modernidad. Deja claro que dispone de tiempo y energía suficientes para dedicarse a la política y para ocupar cualquiera de los primeros puestos de la lista, "pero es mejor así. Se abre debate, se favorece la discusión sobre el papel de la mujer. Y, además, se despiertan las simpatías del electorado femenino", bromea. La ideología, secundaria Esto es importante: ¿a qué clase de votantes atrae el PAX? "A mucha gente. Llevamos una lista plural, en la que hay personas de centro y de izquierda. La ideología no es problema, no puede serlo: lo que nos define es la localidad", aclara Ángela. "Abanderamos el municipalismo porque pensamos que así se pueden conseguir más cosas para Vélez-Málaga que desde un partido tradicional, que defiende otros intereses. Y reivindicamos la autonomía que la Constitución concede a los ayuntamientos, que no se cumple. Aquí estamos siempre pendientes de que la Junta apruebe una cosa u otra", concluye la candidata a la alcaldía. El proyecto del PAX para Vélez-Málaga, una ciudad de 55.000 habitantes, incluye la reactivación del comercio del centro histórico, atención a los barrios periféricos, "muy abandonados", y mucho énfasis en la agricultura, "porque aquí se sigue viviendo del campo". Yolanda Domínguez, que estudia Criminología, su segunda carrera, y que va de número tres, hace su análisis particular: "El turismo que viene aquí es pobre y muy estacional. El de las tres pes: playa, paseíto y pipas. No deja riqueza". Todas hacen hincapié en el sentido común como eje de la política municipal. "Las mujeres somos más prácticas, nos damos cuenta de que no se puede andar por la calle o llevar el carrito del niño. Tenemos más sensibilidad ante la inseguridad ciudadana, porque estamos más expuestas. Y somos muy conscientes de la falta de guarderías públicas y de áreas de diversión para jóvenes", explican. Esperan conseguir cuatro concejalas "y necesitar días de 36 horas para hacerlo todo". Porque todas tienen hijos, casas y trabajos.

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