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EDUCACIÓNDISTINCIÓN PÓSTUMA

La Universidad rinde homenaje al perfil humano y profesional de Menuhin

La Universidad de Valencia apeló ayer, dentro de la conmemoración de Cinc Segles, al carácter "universal" y a "la conciencia crítica" del músico y compositor Yehudi Menuhin, fallecido recientemente. El homenaje y entrega a título póstumo del doctorado honoris causa al llamado "músico del siglo", lejos de ceder al tono elegíaco, adquirió anoche forma de recuerdo vivo del que fuera una de las figuras más beligerantes del último medio siglo en favor de la dignidad y la paz.

"Nadie -estoy seguro- consideró seriamente la posibilidad de que él pudiera faltar a esta cita (...) Hoy su presencia entre nosotros tiene la figura propia de una ausencia, y esta laudatio adquiere inevitablemente el tono de un recuerdo". Así comenzaba anoche la alabanza del profesor de la Universidad de Valencia, Juliàn Marrades, que - por encima de la reconocida labor profesional del músico, compositor, director y violinista- defendió la trayectoria vital y comprometida de Menuhin. Una trayectoria que, precisó, "resume de manera ejemplar las inquietudes más urgentes de nuestra época" y que desde ayer forman parte de los "estímulos y retos" a seguir por la legendaria Universidad, justo cuando ésta reflexiona sobre su pasado y su papel en el futuro. El papel de vigía en defensa de la dignidad humana y en favor de la pacificación fueron precisamente dos de los rasgos que anoche enfatizó también Enrique Barón, al recibir el doctorado honoris causa en nombre de la Fundación Yehudi Menuhin España de la mano del rector Pedro Ruiz, durante la ceremonia celebrada en el Palau de la Música. "Así se explica su comportamiento durante la II Guerra Mundial, en la que dio más de 500 conciertos para las tropas aliadas y la Cruz Roja, con su amigo Benajmin Britten, en una gira que le llevó a los campos de concentración de todo el país", dijo Barón, quien añadió la defensa de Menuhin en favor del director de orquesta alemán Wilhelm Furtwängler, acusado injustamente de colaboracionismo; su valiente alegado a favor de la creación de una confederación israelopalestina, al recibir el Premio Wolf en Israel en 1991; o su tenacidad para influir en la Unión Europea para que, a través, del Tratado de Amsterdam asumiera ser "guardián de las culturas europeas". "Hoy, Lord Menuhin ya no tiene voz -escribía Marianne Poncelet, secretaria de la Fundación Internacional-. Pero tiene mil voces gracias a todos los que han compartido sus sueños" a través de la institución creada para formar a jóvenes sin recursos, destacó el rector Ruiz, minutos antes de dar entrada a la música que una vez más acompañó con fidelidad el recuerdo de Menuhin de la mano del violinista Doru Pop y el pianista Ricardo Callejo, que interpretaron el Saludo de Amor de Edward Elgar con el Orfeón universitario. El homenaje culminó con el concierto In memoriam de la Filarmónica de la Universidad de Valencia, dirigida por Cristóbal Soler.

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