Carod-Rovira liquida la comisión parlamentaria del autogobierno

La comisión parlamentaria para la mejora del autogobierno ha muerto fagocitada. Su propio padre, Esquerra Republicana (ERC), decidió ayer rematar su efímera y agónica vida. Josep Lluís Carod-Rovira, secretario general de esta formación y presidente de la comisión, en una inusual y sorprendente puesta en escena, abandonó la sesión extendiendo las culpas al resto de partidos. Los grupos tildaron el hecho de escandaloso y de payasada. CiU, que últimamente había sido muy sensible a ERC, sentenció: "Esquerra no es de fiar".

Carod-Rovira abrió en la tarde de ayer la tercera sesión y quizá la última de la comisión para el autogobierno. Se olvidó de su papel de presidente y, autootorgándose la palabra, habló como portavoz de ERC. Leyó un comunicado en el que denunció las trabas impuestas por el resto de formaciones políticas, anunció que dimitía como presidente y que su formación abandonaba los trabajos. Para que las televisiones recogieran con profusión cómo sus parlamentarios se levantaban de los escaños, Carod- Rovira llevó hasta la sala a dos diputados que no forman parte de la comisión. Un claro golpe de efecto el de Carod-Rovira, que impidió así al Partit dels Socialistes (PSC) y a Iniciativa per Catalunya-Verds (IC-V) plantear su propuesta de disolución de la comisión hasta la próxima legislatura. Sorpresa e incredulidad La sorpresa, la incredulidad y el desconcierto se apoderó de los parlamentarios en medio de calificativos de "amoralidad política", "payasada", "falta de respeto al Parlament y a su reglamento" y "flaco favor al autogobierno". El abandono de ERC dejó huérfana a la comisión, que ante la ausencia de su vicepresidente, Jaume Camps, tuvo que elegir a uno temporal. CiU planteó dejar en suspenso la comisión hasta después de las elecciones municipales, mientras que el bloque de izquierdas apostó por liquidarla hasta después de los comicios autonómicos. Al final, se decidió por consenso levantar la sesión sine die para así no dar una satisfacción a ERC. La actitud de Carod-Rovira enojó a los parlamentarios de CiU. Su portavoz, Ramon Camp, advirtió que tomaba buena nota y que ello producía una profunda grieta en las relaciones con Esquerra. "ERC no es de fiar y ha traicionado la confianza que le otorgamos cediéndole la presidencia de la comisión", sentenció. La respuesta de los republicanos fue fulminante: cualquier futuro pacto de gobernabilidad estará supeditado a la reforma del Estatuto y ERC no participará en ninguna otra comisión que no plantee este extremo. Los socialistas e Iniciativa extendieron la culpa del fracaso de la comisión al propio presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, a quien consideran el máximo responsable de "este maldito embrollo", como lo definió Joaquim Nadal, presidente del grupo del PSC. Nadal, además de tildar de "insólita e inadmisible" la actitud de Carod, manifestó: "Quien se considera el gran paladín del nacionalismo [Pujol] es quien más daño le ha hecho", en referencia a la filtración del documento para la mejora del autogobierno aprobado por la Generalitat. Por su parte, Jordi Pujol reiteró ayer en Badalona su intención de asistir a la comisión y, respecto al hecho de que el informe se diera a conocer antes en Catalunya Ràdio y en TV-3 que en la propia comisión, agregó: "Lo importante es que la opinión pública conozca estos documento tal como son y no de una forma fragmentada", informa Ester López.