_
_
_
_
_

Los regantes del Inglares creen que el trasvase a la Rioja Alavesa encubre una operación para controlar el agua

Los 430 agricultores que utilizan el agua del río Inglares para el riego de sus cultivos consideran que el proyectado trasvase a la Rioja Alavesa es innecesario y encubre una operación de control del agua. Además, tal y como estos regantes aseguraron ayer en conferencia de prensa en Vitoria, si se realiza el proyecto -existe un convenio firmado por el alcalde de Laguardia, Javier Sampedro (PP), y la anterior ministra de Agricultura, Loyola de Palacio- desaparecerá el caudal ecológico del Inglares, el mínimo para la supervivencia del río. Los regantes del valle bajo del Inglares consideran que el proyecto es una tapadera para monopolizar el agua de este afluente del Ebro, una vez se apruebe el mercado libre del agua, como tiene previsto el Gobierno, después de que desechara todas las propuestas del PSOE para consensuar un proyecto de reforma de la Ley de Aguas. El proyecto de este trasvase comenzó a pergeñarse en 1997, cuando se solicitaron a la central hidroeléctrica de Berganzo, propiedad de Iberdrola, 300 litros por segundo. Aunque los regantes que disfrutan del agua de este río alegaron que su caudal no daba para esta nueva salida, el proyecto siguió adelante, hasta culminar en la firma, el pasado 27 de abril del convenio. El acuerdo prevé construir una tubería de 80 centímetros de ancho y de 45 kilómetros de longitud, que llevará el agua del Inglares hasta una balsa de 2,5 hectómetros cúbicos. En total, una inversión de 6.000 millones de pesetas. El río Inglares tiene un caudal medio de 410 litros por segundo, del que está estimado que 100 litros por segundo es el mínimo para que se mantenga su caudal ecológico. Los regantes estiman que con la nueva salida de agua para riego hacia la Rioja Alavesa, desde Labastida hasta Laguardia además de la Sonsierra riojana, el caudal mínimo desaparecería. La alternativa que proponen los agricultores es que se respete la propuesta de riego del Plan Hidrológico de la Cuenca del Ebro. El plan proponía que estos pueblos aprovechasen sus propias aguas, las que bajan de las sierras de Toloño y Cantabria. La Delegación del Gobierno en el País Vasco desmintió anteayer en una nota informativa que el trasvase ponga en peligro el caudal ecológico.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_