El Gobierno chino apoya las airadas manifestaciones ante la Embajada de EEUU

El vicepresidente chino, Hu Jintao, animó ayer por televisión a los cientos de miles de estudiantes que protestan en todo el país, y especialmente ante la Embajada de EEUU, contra el bombardeo de su legación en Belgrado, donde murieron cuatro personas. La OTAN reconoció ayer de forma oficial que el ataque se debió a un error de sus servicios de espionaje. Washington vive con aprensión esta crisis por sus repercusiones bilaterales y por el efecto que pueda tener sobre el necesario apoyo chino al plan de paz del G-8.

"Todas las medidas adoptadas", dijo Hu en referencia a las protestas, "demuestran la aspiración común del pueblo chino de salvaguardar la soberanía nacional, mantener la justicia y oponerse a la agresión". Hu pidió a los estudiantes que no se excedan en su celo patriótico y advirtió contra quienes pretendan aprovechar el caso para atacar el orden social chino. "Nos sentimos como rehenes", llegó a decir el embajador norteamericano, que habló de una embajada "sitiada" por 20.000 personas, de las que una decena llegó a penetrar en el recinto diplomático. También fue atacada la Embajada de Albania. La OTAN apenas pudo reconocer ayer abiertamente que había sido engañada por sus servicios de espionaje al fijar el objetivo. El diario The New York Times informó de que fue la CIA la que eligió el blanco. El presidente Bill Clinton envió un mensaje de condolencia a su homólogo chino, Jiang Zemin, por el "desafortunado error". Para Washington es capital enmendar la dañada relación con Pekín, necesaria para pactar la paz en el marco del acuerdo del G-8 que debe avalar el Consejo de Seguridad. Víktor Chernomirdin, el mediador ruso, habló ayer por teléfono con Milosevic y dijo que esa conversación había dado "algunos resultados alentadores".