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El paisaje puede al cemento

El edil de Obras bloquea la reforma del paseo de la Castellana para conservar su diseño original

El paisaje del paseo de la Castellana ha podido a los planes de cemento que idearon, y ejecutaron, algunos. Juan Antonio Gómez Angulo, concejal de Cultura del Ayuntamiento de Madrid, decidió el viernes retirar de la Comisión Municipal de Gobierno la ampliación de la reforma del paseo de la Castellana. La decisión del concejal madrileño obedeció a su deseo de reexaminar el proyecto, y con el propósito de estudiar la posibilidad de conservar algún tramo con su diseño originario.La tercera fase del proyecto de reforma del paseo de la Castellana, que iba a ser tratada en la reunión del máximo órgano de gobierno municipal el pasado viernes, ha sido aparcada por el concejal responsable de Cultura. "Quiero que me expliquen bien el proyecto", dijo Gómez-Angulo. "Todo el plan es discutible, tal y como han puesto de manifiesto informaciones de prensa y otros testimonios vecinales ", agregó el concejal. "Por ello, decidí posponer el tratamiento de la tercera fase de la reforma hasta tener un punto de vista más amplio". La reforma del paseo de la Castellana ha consistido en la pavimentación continua de todo el espacio de sus andenes paralelos centrales. Especialistas en jardinería y la organización Ecologistas en Acción criticaron estas obras (véase EL PAÍS del pasado 11 de abril).

Los argumentos esgrimidos por unos y otros partían de la consideración de que la remodelación acometida, que hasta ahora ha llegado hasta el cruce del paseo con la calle de José Ortega y Gasset, trastoca el diseño original de la gran avenida madrileña.

Ambas fuentes señalaban que, en el año 1868, el paseo de la Castellana fue trazado según una inspiración paisajística entonces nueva, según un canon basado en la jardinería inglesa. El canon aplicado a la Castellana preconizaba la preeminencia de la naturaleza y se veía asentado sobre un criterio de cuño pictórico, en contraposición a anteriores modelos de ajardinamiento, de inspiración paisajística francesa, fundamentados en la simetría y en la arquitectura en la disposición de las masas vegetales tratadas.

Además, las críticas a la remodelación municipal del paseo de la Castellana se referían a la cimentación completa de todo el espacio interior de los dos andenes ajardinados de la avenida madrileña, de tal manera que quedaban definitivamente cegados los espacios de tierra por los cuales se permitía, originariamente, el paseo a caballo.

Igualmente, los críticos de la remodelación de esta vía clave de la capital señalaban el daño que la pavimentación causa a los árboles que ornamentan el paseo, muy dañados ya por la contaminación.

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