Un golazo en medio del horror
Un impresionante tiro de Donato desde el círculo central salva al Deportivo ante el Athletic
A Fran le renqueaba el físico, el Turu Flores tenía la tarde espesa y el Deportivo parecía haberse quedado sin un sólo argumento para derribar la muralla bilbaína. Y en eso llegó El abuelo. Donato y sus 36 años recogieron un balón inofensivo en el círculo central, por lo menos un metro dentro de su propio campo. El abuelo levantó la cabeza, vio al portero en el punto de penalti y no se lo pensó más: elevó la pelota con un golpe certero y unos segundos después, el envío aterrizaba en la red. Fue un gol impresionante para una tarde presidida por el horror futbolístico. Al Deportivo le entró tal canguelo la pasada semana en el Camp Nou que ayer aún no se lo había quitado del cuerpo y fue incapaz de inventar una solución mínimamente apañada para doblegar el troglodítico fútbol del Athletic. Sólo la intuición y la experiencia de Donato le sacaron del hoyo a seis minutos del final.Los duelos entre Deportivo y Athletic son siempre como actos de hermandad norteña en los que ambas aficiones comparten vinos antes de irse al estadio y luego mezclan en las gradas ikurriñas y banderas gallegas sin que nadie se sienta molesto por la exhibición de los símbolos del contrario. Todo un ejemplo de lo que podría ser la convivencia entre hinchadas contrarias, si no fuera porque los futbolistas lo interpretaron ayer del peor modo posible. Deportivo y Athletic también se hermanaron sobre el campo, pero con los propósitos más viles: perpetrar una patochada que sólo con muy buena voluntad podría considerarse un partido de fútbol. Riazor había sufrido esta temporada unos cuantos tostones, pero hasta ayer no conocía la verdadera dimensión que puede alcanzar el aburrimiento.
DEPORTIVO 1 ATHLETIC 1
Deportivo: Songo"o; Scaloni, Donato, Naybet (Bonnissel m. 63), Romero; Ziani (Hadji m. 73), Flavio (Bassir m. 58), Mauro Silva, Fran; Pauleta y Turu Flores.Athletic : I. Etxeberria; Alkorta, José Mari, Larrazabal; Lacruz, Urrutia, Felipe; Javi González, Guerrero (Alkiza m. 73), Ezquerro (Urzaiz m. 77); y J. Etxeberria (Yeste m. 57). Goles: 0-1. M. 24. Naybet peirde un balón cerca del centro del campo, el Athletic abre hacia la derecha, donde recoge Etxeberria, avanza hasta la línea de fondo y centra hacia atrás para que marque Guerrero. 1-1. M. 84. Donato recoge en el círculo central, se percata de que Imanol Etxeberria está adelantado y conecta una impresionante vaselina que el portero no puede detener. Árbitro: Pérez Burrull. Expulsó a Felipe (m. 68) por doble amonestación y a Bonnissel (m. 81) por golpear a un contrario sin balón, y amonestó a Scaloni, Flavio, Urrutia, Guerrero, Joseba Etxeberria , Imanol Etxeberria y Naybet. Unos 25.0000 espectadores en Riazor.
Gran parte de la culpa la tuvo el Deportivo, aunque el Athletic también se esforzó por contribuir generosamente a la causa de derramar el tedio por todos los rincones del estadio. Su entrenador, Luis Fernández, es un francés de origen gaditano, pero más parece que se hubiera criado en alguna escuela del más puro integrismo británico. Como los ingleses en sus malos tiempos, el Athletic sale con un gran despliegue de delanteros, a los que el resto del equipo se dedica abastecer metiéndole zambombazos a la pelota desde cualquier parte del campo. En tan rupestre propuesta no se sabe muy bien qué pinta un medio centro tirando a fino y con mucho criterio para el toque como Urrutia, que queda reducido a funciones de simple marcador.
Lo peor de esa clase de argumentos futbolísticos es que se contagian con enorme facilidad. El Deportivo tampoco se libró del ataque de ese virus esparcido por Fernández en Riazor y tardó más de media hora no sólo en tirar a puerta, sino incluso en hilvanar una jugada con más de dos pases seguidos. Fran, que parece desaparecido tras su triunfal regreso a la selección, llegaba muy mermado por un esguince de tobillo. Con todo, fue el que más intentó conducir el partido por una senda mínimamente razonable, pero sus propósitos se estrellaron ante el caos general y su propia incapacidad física. El resto estuvo en el campo por estar, sin una sola idea, sin el más leve signo de vitalidad, y, además, extrañamente obstinado en prescindir de las bandas y romper la defensa contraria por el centro, el lugar más fortificado.
El desorden siempre suele ser un terreno propicio para que el Athletic cace algo, y la norma tampoco se rompió ayer. Andaba los jugadores a tumbos por el campo y el público entre bostezo y bostezo, cuando Naybet hizo el tonto en un despeje y se la entregó al rival. La jugada no pudo ser más británica, aunque en este caso con una ejecución impecable: apertura hacia la derecha a Joseba Exteberria, progresión de éste hasta la línea de fondo, pase de la muerte y magnífica llegada de Guerrero, quien, emparedado entre los dos centrales, halló el hueco justo para meter la bota y batir la portería de Songo'o.
A partir de ese momento, el Athletic radicalizó su inclinación al pelotazo y el Deportivo siguió enredado en sus bagatelas ineficaces, incapaz de crear otro peligro que no fuese a base de forzar barullos en el área rojiblanca. Los de casa se animaron a falta de 25 minutos, cuando el Athletic se quedó con diez por la expulsión de Felipe. Y, entonces, en medio del inhóspito páramo de la tarde, florecieron dos arranques de genialidad, que compensaron todas las miserias anteriores. Primero fue el Turu Flores, quien enganchó un asombroso taconazo a media altura dentro del área que no fue gol por culpa del larguero. Parecía que la cuota de sorpresas estaba agotada, pero aún faltaba Donato para decir la última palabra.
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