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Díaz Berbel ordena desalojar al público en el último pleno de la legislatura en la corporación de Granada

El alcalde de Granada, el popular Gabriel Díaz Berbel, ordenó ayer desalojar al público del último pleno municipal de la legislatura cuando un grupo de asalariados del taxi protestaba contra el concejal de Tráfico, César Díaz. La decisión del alcalde fue duramente criticada por la oposición, que consideró que se le hurtaba a los ciudadanos su presencia en un debate. Berbel se justificó alegando que las protestas podrían haber derivado en enfrentamientos mayores. El último pleno de esta corporación tenía un ambiente tenso cuando en el salón municipal se concentraron trabajadores del taxi, que reclaman más tiempo de descanso para evitar accidentes, y representantes de la patronal, que consideran que los trabajadores ya tienen descanso suficiente. El concejal de Izquierda Unida Javier González Pulido hizo saber durante el debate que los asalariados sólo descansan dos domingos al mes, y que a veces trabajan jornadas de más de doce horas. El concejal de Tráfico le replicó que "el descanso establecido es modélico", lo que despertó las protestas de los taxistas, que le lanzaron gritos de "mentiroso". Díaz Berbel, en ese instante, ordenó la suspensión del pleno y que la policía desalojara a todo el público. Al término de la sesión, el alcalde pidió disculpas a la corporación y explicó que había tomado la decisión "por temor a que dos grupos enfrentados", los taxistas y los patronos, pudieran ocasionar disturbios. "Lo he hecho por el bien de todos", dijo. González Pulido manifestó que el desalojo había sido "injustificado". "El único objetivo de la decisión", dijo, "ha sido sustraer a las partes los argumentos que se debaten" y privar a los ciudadanos de estar presentes en la discusión. La situación de los taxistas quedó finalmente pendiente de la creación de una comisión paritaria que estudiará su situación. El último pleno sirvió para que el PP rechazara la propuesta de la oposición de quitar el monolito colocado en el mirador de San Nicolás, en el Albaicín, que recuerda la visita de Bill Clinton a Granada, y que fue puesto, según el portavoz del grupo socialista, Antonio Cruz, "con nocturnidad" y vigilado por policías. Díaz Berbel, por otro lado, se negó a dar más explicaciones sobre las manifestaciones que había realizado a otros miembros de su partido acusando a su propio concejal de Hacienda, Pedro Revilla, de extraños manejos en la cesión de la empresa municipal de aguas, Emasagra, a una empresa privada.

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