"Mi libro muestra deslizamientos en algunas posturas feministas"

P. ¿Cómo han reaccionado las feministas que han leído el libro? R. Sé que a algunas feministas que encabezan el movimiento les está gustando el libro porque demuestra que en algunos aspectos en sus posturas había deslizamientos un tanto peligrosos. El más grave es el ya mencionado del victimismo, pero hay también la idea de que las mujeres, para realizarse, deben hacerlo en contra de los hombres. P. Y entre los hombres, ¿cómo se ha recibido su ensayo? R. Un grupo de hombres ha descubierto las grandes lagunas y la poca sensibilidad que tenían hacia el mundo de las mujeres. Un segundo grupo de hombres ha pasado de la sorpresa inicial a la devoción: me han elogiado por haber situado tan bien y con tanto respeto el mundo de las mujeres, pese a que no he dejado de ser muy duro para criticar actitudes que han sido nefastas para ellas mismas. He sido duro, por ejemplo, al referirme a las mujeres que en el pasado no comían o martirizaban su cuerpo porque creían que así se reencontrarían con ellas mismas. Es una actitud que conecta en la actualidad con la anorexia, que debería ser denunciada con más firmeza. P. ¿Puede considerarse su libro pionero en su género? R. Sí, porque por primera vez sitúo a las mujeres como testigos y artífices de la historia. Este no es un libro de historia de las mujeres, sino un libro de historia visto por mujeres. Me interesa que ellas den su opinión sobre lo que pasó y lo que está pasando. Me interesa incorporar a la historia lo que creo que faltaba, la otra parte, que es como mínimo simétrica a la parte hasta ahora exaltada. No tiene sentido que la historia sea sólo la historia de la descripción de los hombres hecha por los hombres.