Comparece ante el juez el acusado de los atentados de Londres

La familia de David Copeland, acusado de los tres atentados en la capital británica, intentaba ayer comprender los motivos que llevaron al joven de 22 años a cometer la cadena de ataques contra la población de color y la comunidad homosexual. Mientras, el príncipe Carlos recorrió las calles del Soho, donde el viernes estalló una bomba en el interior del pub Admiral Duncan, y visitó a un grupo del total de 19 heridos que todavía permanecen hospitalizados. "Son ataques contra todos nosotros", señaló el heredero de la Corona.David Copeland, ingeniero de 22 años, se presentó ayer por la mañana ante el magistrado Justin Philips en un juzgado al oeste de Londres. Confirmó su identidad, domicilio en Cove, una pequeña, tranquila y próspera población de Hampshire, a pocos kilómetros de la capital, y siguió impasible el resto del preliminar proceso judicial. Esta primera comparecencia apenas duró unos minutos, justo los suficientes para que el magistrado ordenara su ingreso en prisión preventiva.

La semana pasada, la policía difundió fotografías, seleccionadas de las imágenes grabadas por las cámaras de seguridad el 17 de abril, fecha de la primera bomba en el barrio de Brixton, de un muchacho blanco que vestía chamarra de combate y llevaba una gorra calada hasta las cejas. Ayer se confirmó que un aviso telefónico había hecho posible la identificación de Copeland.

Durante la vista preliminar no se leyeron los cargos ni se pidió la libertad bajo fianza para el acusado. No obstante, Copeland deberá responder de tres delitos de asesinato y de tres actos de hacer estallar artefactos explosivos con el propósito de poner vidas en peligro.

Su familia, mientras tanto, intentaba aceptar la posibilidad de tener un criminal entre sus miembros. "Nos parece un misterio que David haya podido colocar estas sangrientas bombas. Estamos totalmente desolados", dijo ayer su padre, Stephen. Desde su residencia de Hampshire, a pocos kilómetros de la de David, los Copeland enviaron un sincero mensaje de dolor a las víctimas de los atentados y, afirmó el padre, "si mi hijo es culpable, condenamos totalmente sus acciones".