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El fallecimiento se debió al "error de diagnóstico" de los médicos del hospital de La Ribera, según el informe

VIENE DE LA PÁGINA 1 "La actuación médica más elemental hubiera sido ingresar al paciente con el fin de realizarle un trocar para extraer el aire existente en tórax y dejarlo en observación para que fuera examinado de forma inmediata por un cirujano o bien remitirlo a un hospital de referencia donde exista cirugía torácica". Nada de eso hicieron los facultativos que atendieron al fallecido, que tenía una bala incrustada en un hombro. Y eso, aunque "para ello no hace falta ser ningún cirujano torácico ni neumólogo, es decir, un médico sin ningún tipo de especialidad lo puede observar perfectamente", afirman los forenses, Jorge Mayans e Inmaculada Lerma. Sebastián R. M., que según la policía intimidó con un hacha a los agentes que intentaban detenerle después de que amenazara a un taxista, falleció el pasado 28 de enero, dos días después de los hechos, tras ser trasladado al pabellón de judiciales del Hospital Clínico. En el centro de La Ribera se limitaron a extraerle la bala y curarle, ya que sólo presentaba una "herida muscular, que no afectaba al hueso ni ningún órgano vital", según fuentes del hospital. La familia del fallecido, a la luz de la actuación de la policía y los facultativos, decidió personarse como acusación particular en la investigación abierta. Una de las primeras iniciativas de su abogado fue la de solicitar un informe médico-forense complementario al inicialmente realizado. Éste es concluyente: "El fallecimiento en este caso se debió a un error grave de diagnóstico", apuntan los responsables del dictámen que, no obstante, apuntan que en "todo enfermo intervenido quirúrgicamente, y más tras haber recibido un impacto de bala, pueden surgir complicaciones". La muerte de Sebastián R. M., uno de los primeros pacientes que perdieron la vida tras ser atendidos en Alzira, despertó nuevas críticas hacia las prestaciones del primer hospital de España financiado con capital público cuya gestión recae en una empresa privada.

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