ACNUR denuncia el recrudecimiento de las atrocidades en Kosovo

Las atrocidades contra la población civil continúan sin freno en Kosovo y recuerdan los peores momentos de 10 años de guerra en los Balcanes, denunció ayer el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). Estos civiles están totalmente a merced de fuerzas paramilitares serbias y grupos de asesinos enmascarados, alentados por la falta de observadores internacionales, dijo el portavoz de ACNUR, Kris Janowski, en una rueda de prensa.

Los casos de violencia arbitraria, violaciones, asesinatos y extorsiones parecen haber aumentado en los últimos días, según los relatos de refugiados llegados el sábado y el domingo a Macedonia, aterrorizados por lo que han visto y sufrido. El portavoz de ACNUR dijo que no hay posibilidad de verificar estos relatos porque no hay información independiente de Kosovo ni presencia internacional para observar lo que pasa. Pero añadió que "algo terrible está ocurriendo en Kosovo. Hay señales claras de ello corroboradas por diferentes fuentes". El portavoz dijo que ACNUR ha recibido nuevos informes de "docenas de refugiados jóvenes, mujeres y niños" que están siendo utilizados como escudos humanos para proteger un almacén de munición en Prizren, al suroeste de Pristina.

Según los refugiados llegados por tren a Macedonia desde Kosovo Polje, más de 50 personas fueron asesinadas en tres pueblos cercanos a Lipljan, cerca de Pristina. Cinco hombres de uno de los tres pueblos, Hallac, explicaron que 21 personas fueron asesinadas hace dos domingos por enmascarados con barba que entraron casa por casa obligando a sus habitantes a salir y separando después a los niños, las mujeres y los ancianos.

Veinte personas fueron conducidas hasta un barranco, donde 11 de ellas fueron ejecutadas después de ser desposeídas de sus pertenencias. En los pueblos vecinos de Ribar Ivogel y Silovi, los enmascarados serbios, según el relato de los refugiados, mataron a 19 personas, incluidas cuatro o cinco mujeres, que fueron asesinadas después de ser violadas.

En Silovi, unos 175 hombres fueron agrupados, golpeados y obligados a abandonar el pueblo. Cuando lo hacían, los atacantes les dispararon por la espalda y mataron a 16 de ellos.