Zaplana propone la cesión de algunos impuestos especiales y del IVA

Eduardo Zaplana, presidente de la Generalitat Valenciana y dirigente del PP, presentó ayer en la Bolsa de Valencia las líneas generales que inspiran un nuevo modelo "estable" de financiación autonómica. Un sistema que garantiza la solidaridad entre las diversas regiones del Estado pero que asegura a los Gobiernos autónomos los recursos suficientes para financiar los servicios a todos los ciudadanos. Al margen de una mayor participación en el IRPF, que Zaplana sitúa en "un porcentaje superior al 30%", sugirió territorializar los impuestos especiales sobre hidrocarburos, tabaco y el IVA de servicios prestados a los ciudadanos. La propuesta formulada por Zaplana pretende cimentar el reparto de recursos públicos entre el Estado y las comunidades autónomas, el denominado modelo de financiación autonómica, que será revisado en el año 2001. El presidente de la Generalitat espera implicar en su propuesta a comunidades con intereses comunes como Cataluña, Andalucía, Baleares o Murcia a lo largo de los próximos dos años.

Zaplana defendió la necesidad de establecer el reparto de recursos sobre "principios estables" para evitar el recurso a la demagogia cada vez que se aproxima una cita electoral. El sistema debe garantizar la solidaridad y sostiene que las comunidades ricas "contribuyan en mayor medida que el resto".

El criterio "vertebrador" del conjunto del sistema debe ser la población, según el discurso de Zaplana, porque "los ciudadanos son los verdaderos receptores de los servicios públicos" que prestan las comunidades autónomas. Zaplana considera "conveniente" aumentar la participación de las comunidades autónomas en la gestión y recaudación del IRPF. El presidente valenciano evitó pronunciarse en público sobre un porcentaje máximo del IRPF, aunque luego aludió a que sería mayor al actual del 30%. Eso sí, alertó sobre la necesidad de contar con otras fuentes de ingresos ante la movilidad de los domicilios fiscales.

En ese aspecto propuso participar en "la imposición sobre el consumo", impuestos que resultan ser "los indicadores más cualificados del dinamismo" de una comunidad y que permiten vincular la financiación de los Gobiernos regionales a la población estacional o de hecho, la beneficiaria de los servicios públicos.

Entre los impuestos que se podrían territorializar sin dificultad, Zaplana citó los de matriculación de vehículos, los de hidrocarburos y los de labores del tabaco. En esta dirección y a partir de la convicción de que la política desarrollada por las autonomías tiene incidencia en la bonanza económica, sugirió algún tipo de participación en el IVA, porque es "un índice relevante del desarrollo económico de una comunidad".