Las bombas machacan los restos de cuarteles, puentes y refinerías al cumplirse el primer mes
Al menos 30 misiles de la Alianza Atlántica se abatieron ayer contra Yugoslavia para marcar el primer mes de la guerra. Machacaron los restos de cuarteles, puentes y refinerías mientras equipos de rescate seguían tratando de extraer a las víctimas del ataque contra el edificio de la televisión serbia, RTS, en Belgrado, blanco de un ataque el pasado jueves. Allí perecieron al menos diez personas. El recital de música popular que se celebra todos los días al mediodía en el centro de Belgrado fue sustituido ayer por una manifestación en protesta por la destrucción de la sede de la RTS en la que participaron varios miles de personas. Y es que anoche la suerte de una docena de empleados que estaban en el edificio permanecía aún en el misterio.
La emisora volvió al aire seis horas después de las explosiones que destrozaron sus instalaciones. Aparte de un homenaje a los caídos, la televisión pasó un programa especial con el recital de los músicos que hicieron famosa la película Underground, del director bosnio Emir Kusturica.
Tanjug, la agencia yugoslava de noticias, que cualquier día podría convertirse en "objetivo militar" dentro de la estrategia de los generales de la OTAN en su campaña por silenciar a la prensa, dio puntual cuenta de los desastres de la jornada: un avión de la OTAN había sido abatido en Orlan, al noreste de Pristina; alrededor de diez explosiones en la ciudad norteña de Novi Sad. Pero según Tanjug, más de 26 misiles fueron abatidos en el sur, y en Serbia central ardían tanques de almacenamiento de combustibles. Según la televisión estatal serbia, en la frontera con Albania eran liquidados "varias decenas" de miembros del Ejército de Liberación de Kosovo.
Los aviones de la OTAN lanzaron al menos 10 bombas en un ataque de media hora contra Pristina, la capital de Kosovo, destruyendo un campamento de vacaciones, el desde hace tiempo paralizado aeropuerto de Slatina. Allí, sostiene Tanjug, un niño murió y otros cuatro quedaron heridos ayer al manipular una bomba que no había explotado.
En las calles de Belgrado, más que cálculos políticos y rabia lo que hay es refinamiento a la hora de poner buena cara al mal tiempo. En un chiste que se publicó en los periódicos, un serbio le pregunta a otro: "¿Cuánto cuesta un misil?". "Un millón de dólares", le responde el otro. "Pues que nos tiren el dinero y así nos matamos el uno al otro".
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