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De Palacio advierte al PSOE de que perderá las europeas si las convierte en primarias de las generales

Javier Casqueiro

Loyola de Palacio todavía compatibilizará durante unos días su cargo de ministra de Agricultura con su condición de número uno del PP para las elecciones europeas. Probablemente, hasta el viernes de la semana que viene, cuando será relevada por un alto cargo de su ministerio al regreso de José María Aznar de su viaje a Washington. De Palacio se estrenó ayer mismo como candidata al Parlamento de Estrasburgo advirtiendo al PSOE, en general, y a José Borrell, en particular, de que no deben convertir estos comicios en unas primarias para las elecciones generales. De hacerlo, aseguró, los socialistas pagarían esa equivocación, así como la crispación "orquestada en los últimos meses", con un mal resultado en las urnas.

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La ministra de Agricultura regresó a Madrid el miércoles, en tren, de una visita a una cooperativa de aceite ecológico de Pozoblanco (Córdoba) con su homólogo marroquí y se personó por la tarde en el Congreso cuando se debatía sobre el conflicto de los Balcanes. José María Aznar la llamó a su despacho y le ofreció encabezar la lista del PP para Estrasburgo. Loyola de Palacio aceptó el encargo y el reto con "orgullo y satisfacción", según reconoció ayer. Eso sí, no feliz. Según precisó, su felicidad la sitúa "en otras cuestiones". Compañeros del Gabinete relataron ayer que en los preámbulos del Consejo de Ministros, en el que recibió muchas felicitaciones, se mostró emocionada y con la sensación agridulce de tener que dejar el Ejecutivo aunque sea para competir por un puesto relevante. Ya en el partido, tanto antes como después de la reunión del Comité Electoral, que la nominó oficialmente, se le escapó alguna lágrima.

La ministra se había marchado de La Moncloa a la sede popular de la calle de Génova para comparecer con el secretario general del PP, Javier Arenas, y exponer sus primeras impresiones.

De Palacio midió mucho su intervención. Mencionó las palabras "satisfacción" y "honor" y, sobre todo, que había sido Aznar el que se lo había propuesto. Antes, y en un exceso de celo por cubrir las formas, Arenas había sugerido que la invitación había partido del comité.

El aval de guerrera

La ministra aprovechó el momento para ensalzar la relevancia de cualquier puesto europeo en los próximos años ante la importancia legislativa y presupuestaria que en el futuro supondrá todo lo que parta de la Unión Europea (UE). Luego, completó esa disertación con el adelanto de un panegírico sobre su labor en estos tres años al frente del departamento de Agricultura. Los calificativos más prudentes que encontró para su gestión fueron los de "espectacular" y "revolucionaria". Eso sí, aderezó la respuesta con críticas despectivas al trabajo de sus predecesores socialistas. Les atacó por no promover el uso de ordenadores y haberse dejado avasallar en anteriores negociaciones europeas. Ese aval de guerrera europea es el que su partido pretende airear de Loyola de Palacio durante la inminente campaña electoral. Ahora, por ejemplo, se publicita que el tan temido comisario Franz Fischler no ahorra elogios hacia la ministra, tras la dura negociación de hace unos meses para recortar la capacidad española de producción de aceite. El ministro marroquí de Agricultura y Pesca la piropeó esta misma semana. Eso sí le atribuyó haber "insuflado el toque femenino" a sus negociaciones. Lo cierto es que el hecho de ser mujer también es hoy otro mérito para el PP y su presidente.

Aznar y Arenas habían barajado varias opciones femeninas en las últimas semanas para esa responsabilidad. La que más se promocionó, en contra de los deseos de la afectada, fue la de Amalia Gómez, secretaria general de Asuntos Sociales del Ministerio de Trabajo. Gómez queda reservada ahora para jugar un papel fundamental en las elecciones andaluzas contra el socialista Manuel Chaves.

En realidad, Aznar y Arenas empezaron a pensar en De Palacio cuando se rumoreó que Felipe González podría encabezar la lista del PSOE. Descartada esa hipótesis, en el PP creyeron que cualquier candidato les valdría porque su campaña se iba a centrar en la figura del propio Aznar. Al respecto, los populares son conscientes de que las elecciones europeas son las únicas de ámbito estatal entre las del 13 de junio. También tienen muy en cuenta que fue en ellas en las que, en 1995, dieron la vuelta a su marcador, distanciándose casi 10 puntos de los socialistas.

Aznar se toma tan en serio esta cita que tiene programados siete actos en los 15 días de campaña.

Finalmente, en el PP preocupó la designación de Rosa Díez como candidata del PSOE. Les parece muy consistente. De Palacio expresó ayer mismo su "máximo respeto" por Díez, pero apostó a que la ganará en votos.

Aznar se decantó así por superar su miedo escénico a retocar su Gabinete, aunque el ajuste será mínimo porque a la ministra le sucederá probablemente un alto cargo de ese departamento: Manuel Lamela o Jesús Juárez.

Eso sí, en el PP no quieren concederle a estas europeas la categoría de primarias de las siguientes generales. De Palacio negó esa supuesta interpretación del PSOE y de su candidato, José Borrell, y se limitó a otorgarles "importancia por sí mismas".

Lo que la ministra no aclaró ayer fue su futuro tras esos comicios. En el PP hay dirigentes que especulan con que Aznar le ha prometido ser la primera comisaria española de la UE, en las carteras de Pesca, Agricultura o Política Regional. Ella apuntó ayer que "no existe ningún compromiso", pero también que "nada queda excluido".

Otras fuentes populares especifican que De Palacio no podrá ser comisaria porque ese puesto ya está ocupado por Marcelino Oreja y nada indica que el nuevo presidente de la comisión, Romano Prodi, vaya a cambiarle.

Otras alternativas institucionales para De Palacio serían una vicepresidencia del Parlamento, la presidencia de una comisión trascendente o asumir la portavocía del PP en Estrasburgo. Y todo ello, condicionado a regresar a la política nacional tras las generales de marzo del año 2000.

Reacciones positivas

Las reacciones en el resto de los partidos fueron positivas. El secretario general del PSOE, Joaquín Almunia, valoró su fortaleza. El portavoz europeo de IU, Alonso Puerta, sólo reprochó el procedimiento con que fue nombrada, aunque su compañero José Luis Centella, portavoz de la materia en el Congreso, tildó su marcha de "huida" ante su gestión mediocre. La Confederación de Cooperativas Agrarias y la patronal Asaja alabaron su trabajo. En cambio, la coordinadora de los agricultores y ganaderos la criticó abiertamente.

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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