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Un encuentro sobre participación social plantea la necesidad de su potenciación

La participación social ha experimentado en los últimos años un avance "irreversible", pero hay que potenciar aún más la implicación de los movimientos asociativos para que las ciudades no se construyan a espaldas de sus habitantes. Ésa fue, en síntesis, la idea que lanzaron ayer los ponentes del I Encuentro de Ciudades Europeas sobre Participación Social en el Siglo XX, jornadas organizadas por el Colegio de Trabajadores Sociales de Málaga y a las que asisten unas 200 personas.

Durante el encuentro se escucharon dos reproches: que los órganos de participación ciudadana tengan un mero carácter consultivo y que no haya una mayor cesión de competencias -y por lo tanto de poder- a los ayuntamientos. Los datos aportados por el subdirector de cooperación del Ministerio de Administraciones Públicas, José Manuel Rodríguez, iban en esa dirección. Según apuntó, el 14% del gasto público es gestionado por los ayuntamientos, "cifra escasa cuando hablamos del ámbito más cercano a los ciudadanos". Conforme a las datos del ministerio, el porcentaje se mantiene igual desde 1978, "mientras que en las comunidades autónomas se sitúa en el 27%, con perspectiva de subir al 35%". Rodríguez fue rotundo: "Creo que el ámbito de gestión autonómico ha crecido demasiado y ha erosionado la administración local". Su balance incluyó un recorrido por la política, ámbito en el que la participación femenina sigue siendo baja. Sólo el 15% de los ediles españoles es mujer; porcentaje que entre las alcaldesas se reduce al 7%. La participación popular en referendos tampoco ha sido alta. Desde 1985 se han celebrado en los 8.104 municipios españoles sólo 70 consultas. Julia Álvarez, presidenta de los colegios de trabajadores sociales de España, añadió otra visión: "La participación es importante para para que las ciudades no se construyan a espaldas de sus habitantes y para abrir cauces de salida a la marginación; una ciudad no participativa es una ciudad muerta". La concejal de Asuntos Sociales de Málaga, Mariví Romero, justificó la elección de Málaga como sede en que la ciudad cuenta con el único plan de Servicios Sociales consensuado con el movimiento asociativo y con órganos de participación integrados por 1.600 personas que "aportan problemas pero también soluciones".

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