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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Creía que mi hermano tenía nombre

Soy yugoslava y residente en España. Aquel día estaba en Belgrado con mi familia y pensaba que mi hermano siempre se llamaría Marko, el Marko que vive en Belgrado con su mujer y su hija, de dos años, el Marko que ya no se mete en política, igual que millones de civiles de Yugoslavia. Habíamos fracasado tantas veces en el intento de acabar con el régimen de Milosevic que nos habíamos resignado a la indiferencia de Occidente, que apenas había mostrado algún interés por nuestras manifestaciones contra el régimen. Éramos muchos, pero nos faltaba fuerza y organización política y nadie nos echó una mano. Sin embargo, aquel día ese Occidente, además, nos iba a quitar lo último que nos quedaba, el mero derecho de existir. Con el primer bombardeo, seis millones de civiles no albaneses de Yugoslavia dejamos de existir para EEUU, Alemania, Inglaterra, Francia y España. Perdimos nuestros nombres. Nos convertimos en posibles "daños colaterales". He vuelto a España. Otra vez me llamo y soy. Pero los seis millones de habitantes no-albaneses que quedan en Yugoslavia no. Tanto Milosevic como los aliados están dispuestos a sacrificarnos, y lo están haciendo. Él, por el poder; los aliados porque no les interesa admitir que, con el fin de ayudar a unos, han acabado martirizando a otros, igual de inocentes. ¿Hace falta que os diga que el embargo económico impuesto sobre Yugoslavia desde hace años ha empobrecido a mi familia pero no al dictador, y que él y sus canallas no están entre los "daños colaterales"? ¿Por qué os sorprende que los yugoslavos no creamos que la guerra sea contra el régimen, sino contra "el pueblo", cuando hasta ahora no habéis demostrado la más mínima preocupación por nosotros? Es más, el señor González explica claramente: "No nos preocupemos si matamos a unos cuantos miles de personas porque Milosevic ha matado más". ¿Cuál es, entonces, la diferencia fundamental entre Milosevic y la OTAN? ¿El número?

Es triste que un dictador y asesino consiga convencer a sus propias víctimas de que no lo es, pero es más triste todavía que un pueblo que ha echado bombas atómicas sobre los civiles de dos ciudades y ha pasado 20 años matando en un país en la otra punta del planeta (sin que alguien lo bombardease por ello), tarde tan sólo 10 días en hacer creer a todo el mundo libre que, de nuevo, tiene derecho a ponerse a matar y a destruir en el nombre de la democracia.

Mi abuelita, mis padres, mi hermano, mi sobrina de tres años y seis millones de civiles más están en Yugoslavia, aunque no se vean en vuestros programas. Si se mandan las tropas a Kosovo, los padres, hijos y maridos de ese desgraciado país serán reclutados y se convertirán en "objetivos militares" de la OTAN. Por tanto, les mataréis con la conciencia tranquila. Antes de que lo hagáis, decidme por lo menos de qué les acusáis. Mis pobres, que Dios les ayude y castigue a los culpables.-

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