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Aznar e Ibarretxe mantienen sus desacuerdos en política penitenciaria y el nuevo foro de paz

Luis R. Aizpeolea

La segunda reunión entre el presidente del Gobierno, José María Aznar, y el lehendakari, Juan José Ibarretxe, siguió ayer un guión preestablecido. Finalizó sin ningún acuerdo en los dos temas cruciales que Ibarretxe puso sobre la mesa: la flexibilización de la política penitenciaria y la constitución de un nuevo foro de diálogo de los partidos vascos, superador del Pacto de Lizarra y el de Ajuria Enea. Aznar, imperturbable, respondió a Ibarretxe que no habrá acercamiento masivo de presos de ETA a las cárceles vascas y que tampoco contara con el respaldo del Gobierno a su nuevo foro mientras ETA no declare el cese definitivo de la violencia o Herri Batasuna no se desmarque totalmente de ella.

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El segundo encuentro entre Aznar e Ibarretxe, de algo más de dos horas, puso de relieve las profundas diferencias que separan a ambos sobre el proceso de paz en el País Vasco, pero tampoco quedó en saco roto. El ministro de Administraciones Públicas, Ángel Acebes, que actuó como portavoz, al final del encuentro transmitió su consideración "positiva" del mismo e Ibarretxe lo calificó de "diálogo profundo". "Hay que hablar. La única manera de resolver los problemas es hablando", insistió el lehendakari. Aznar e Ibarretxe parten de posiciones distintas, lo que les impide ponerse de acuerdo. El lehendakari insistió al presidente que el proceso de paz requiere "tomar perspectiva". "Estamos viviendo en una situación de cese de la violencia que no sospechábamos hace un año", dijo Ibarretxe, quien trasladó a Aznar su confianza de que "cada día que pasa la paz está más cerca". Incluso le manifestó su confianza de que la tregua indefinida de ETA se convertirá en definitiva, si bien no precisó en qué plazo de tiempo. "Estoy esperanzado de que se consiga", dijo.

Con esta perspectiva Ibarretxe dijo que las iniciativas que estaba adoptando el Gobierno eran insuficientes. "Hay que seguir tomando iniciativas" y precisó que es necesaria "una nueva orientación de la política penitenciaria". Ibarretxe dijo a Aznar que con ello se hacía eco de la opinión masiva de los sectores sociales vascos -sindicatos, empresarios, Iglesia, asociaciones...- con los que había mantenido contactos en la ronda de conversaciones que ha desarrollado durante las últimas semanas.

No obstante, le reconoció a Aznar que había adoptado algunas medidas positivas de "carácter humanitario", como el proyecto de ley de víctimas del terrorismo, el acercamiento o excarcelación de algunos presos enfermos o la activación del regreso de algunos colaboradores de ETA huidos.

Aznar se mostró impertérrito. Rechazó la propuesta de flexibilización de la política penitenciaria de Ibarretxe y lo hizo desde unas posiciones de principio distintas. Se aferró al punto 10 del pacto de Ajuria Enea y dijo que en el País Vasco aún no se cumplían las condiciones del mismo, esto es, que no existía una declaración de cese definitivo de la violencia por parte de ETA ni tampoco se constataban signos en esta dirección. Aznar aseguró a Ibarretxe que el Gobierno flexibilizará su postura cuando ETA dé "pasos nuevos, sinceros y equilibrados" que permitan constatar el final definitivo de la violencia. Le recordó a Ibarretxe la última declaración de ETA, del 27 de marzo, en la que la banda manifestó que no habría tregua definitiva hasta que no se reconociera el derecho a la autodeterminación. La misma discusión se planteó ante la propuesta de Ibarretxe de abrir un nuevo foro, superador de los pactos de Lizarra y Ajuria Enea. Según dijo Ibarretxe, los tiempos nuevos requieren instrumentos nuevos y defendió ante Aznar que una vez ausentes las "manifestaciones de violencia" no había que añadir "nuevas condiciones que compliquen" el nuevo foro. Nuevamente, Aznar se remitió al punto 10 de Ajuria Enea que señala que el foro de diálogo de todos los partidos vascos requiere el cese definitivo de la violencia. Es más, reprochó a Ibarretxe el "importante error [de] prescindir de Ajuria Enea". Asimismo, el presidente defendió poner condiciones al nuevo foro e Ibarretxe le pidió que no se consideraran para no complicarlo más.

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