Borrell asegura que sus expectativas electorales dependen de los comicios de junio

José Borrell trató ayer de fijar la mirada de todos los socialistas en las elecciones municipales, autonómicas y europeas de junio porque el resultado que obtengan los candidatos del PSOE puede influir decisivamente en los comicios en que él competirá por la presidencia del Gobierno. Borrell pidió mirar hacia adelante, con un discurso que buscaba ser radical e ideológico y en el que advirtió contra el fundamentalismo nacionalista y el monetarismo. Los derechos históricos, señaló, no pueden ser más valiosos que los votos de los ciudadanos. El candidato aseguró que la campaña electoral va a ser larga.

Borrell cerró el acto de presentación de los candidatos socialistas en las elecciones municipales, autonómicas y europeas en el Palacio Municipal de Congresos, de Madrid, con una intervención en la que arremetió contra el fundamentalismo nacionalista y monetarista. Advirtió que el respeto a la identidad cultural y territorial "no puede llevar a privilegios que dañen la cohesión" y exhortó a hacer frente a "una tiranía de los mercados financieros que pueden desguazar la democracia". "Quien no tiene patria", enfatizó, "es el capital, que no conoce barreras, se desplaza a la velocidad de la luz y le importa poco el futuro posible. Nosotros sí tenemos patria, la patria de nuestras ideas y valores". Ante los cerca de 3.000 militantes y simpatizantes socialistas que acudieron al Parque Juan Carlos I, Borrell presentó con trazo ideológico la pugna electoral con el PP como una confrontación entre dos modelos distintos de país y de sociedad, en la que los populares representan un "populismo autoritario de derechas". Y anunció que la campaña iniciada ahora, con la vista puesta en los comicios del 13 de junio, "será larga", en alusión a que durará hasta la próxima primavera, cuando él cree que se realizarán las elecciones legislativas.

Al hilo de ese comentario, Borrell señaló a los candidatos que ellos son la palanca para ganar La Moncloa, porque de sus resultados depende que sea accesible o no la presidencia del Gobierno. El líder electoral del PSOE aseguró que los socialistas ofrecen en este momento "el único proyecto común y global", que defiende que el respeto a las diversas identidades culturales y territoriales "no puede llevar a privilegios que dañen la cohesión".

Borrell arremetió contra los planteamientos nacionalistas que colocan las identidades históricas por encima de la Constitución, "porque los derechos históricos no pueden valer más que el voto democrático de las personas". En ese terreno, el presidente de Castilla-La Mancha, José Bono, llegó más lejos y alertó de que "España es el único país de la UE con peligro de secesión en su territorio".

El secretario general del PSOE, Joaquín Almunia, trató de difundir su convicción de que los socialistas van a conservar alcaldías tan emblemáticas como la de Barcelona y San Sebastián, y van a abrir una nueva etapa en ayuntamientos y autonomías donde la ciudadanía ha visto la "desidia, inoperancia, populismo y demagogia de la derecha".

El máximo dirigente del PSOE señaló que el rosario de irregularidades que están saliendo al descubierto en corporaciones gobernadas por populares muestran que hay "alcaldes y concejales que han considerado el dinero de los ayuntamientos como un botín particular". Y añadió que "sobre el bigote de Aznar se acumulan las sombras de los casos Zamora, Tenerife, Oviedo y Piqué".

Almunia afirmó que España no se merece un gobernante como Aznar que "en vez de responder insulta, y en vez de dar la cara, se escabulle". Comportamientos, según él, que han quedado acreditados ante conflictos como el del País Vasco y el de Kosovo. "No estamos dispuestos", enfatizó, "a que en Euskadi la paz sea la coartada de los violentos para limitar los derechos de un solo ciudadano de este país".

"Vasca y española"

Inmediatamente antes, Rosa Díez, cabeza de lista del PSOE y del PDNI para el Parlamento Europeo, había dejado bien claro que por estar a partir de ahora en Bruselas y Estrasburgo no va a dejar de trabajar por el País Vasco ni a cejar en defender a quienes quieren ser vascos "como les da la gana" y por ello se les intenta hacer de menos. "Soy vasca, española y europea de izquierdas, y no renuncio a nada de eso", exclamó entre aplausos. El más aplaudido, no obstante, fue Juan Carlos Rodríguez Ibarra. El presidente de Extremadura dijo, con regocijo del publico, que "si se puede decir que Piqué defraudó a Hacienda y no pasa nada es que es culpable, porque de lo contrario habrían puesto una querella criminal". Y se preguntó si ese caso se parece a las películas sobre la Mafia y la Camorra, "donde se puede eliminar a los lugartenientes pero no meterse con el capo".

En el acto intervinieron también Fernado Morán -"el 13 de junio hay que cambiar de arriba a abajo el país"-, Cristina Almeida, Rafael Sanchez Monteseirín, candidato a la alcaldía de Sevilla, y Ana Noguera, aspirante a alcaldesa de Valencia.