Barenboim reclama una "política de educación musical en las escuelas"
Ofrece hoy un recital de piano en Sevilla
El director de orquesta argentino-israelí y pianista Daniel Barenboim reclamó ayer en Sevilla "una verdadera voluntad política de los Gobiernos y económica de las empresas para que haya educación musical en las escuelas". Barenboim hizo este llamamiento tras lamentar que "para muchos la música clásica sólo fue algo importante en una época". Barenboim ofrece hoy a las 21.00 un recital de piano en el teatro de la Maestranza de Sevilla.
El director de orquesta se hizo ayer dueño de las decenas de personas que acudieron a su conferencia de prensa. Nacido en Buenos Aires en 1942, responde socarrón a los que se pierden en selvas pedantescas. "¿Qué quiere que le diga? Vamos a bajar un poco a tierra", respondió ayer a una pregunta llena de referencias cultistas. Barenboim utilizó distintos argumentos a la hora de reclamar un mayor interés en la educación musical. "El problema no es abrir o cerrar un teatro más o menos. El problema es que no hay educación musical. Para que la música tenga razón de existir tiene que haber gente que no pueda vivir sin ella", explicó el director de orquesta. Barenboim lamentó la postura de quienes ven la música como una pieza de museo. "Las bodas de Fígaro tiene un elemento contemporáneo. La música no tiene nada de museo", indicó. Barenboim se refirió al poder de la música para intrincarse en lo más esencial del hombre. "Lo quiera o no, toda música habla de la muerte. Porque el sonido no es permanente. El sonido es efímero; se va. El elemento trágico de la música no sólo está en el contenido, sino también en el fenómeno mismo del sonido, que muere", comentó. "El sonido cae en el silencio, que es una especie de muerte. Incluso cuando hay humor, todo tipo de música tiene un elemento trágico", agregó Barenboim.
Elogios para Albéniz
El recital de piano de hoy incluye Sonata en do menor, opus 13, Pathéthique y Sonata nº 30 en mi mayor, opus 109, de Ludwig van Beethoven; 6 Preludios (extractos del 1º libro), de Claude Debussy; e Iberia, primer cuaderno, de Isaac Albéniz.
Barenboim tuvo palabras de elogio para Albéniz. "La Iberia de Albéniz ha sido una de las grandes obras maestras de este siglo. Es una obra por la que, lamentablemente, pocos pianistas se han interesado, con la excepción española de Alicia de Larrocha y Esteban Sánchez. No entiendo por qué tan pocos pianistas se han interesado por ella", indicó Barenboim.
El director recalcó la "fascinación" que siempre ha sentido por Iberia y extendió su interés hacia el resto de la obra de Albéniz. "Quiero encontrar tiempo para conocerla mejor. Tengo mucha curiosidad por las obras de Albéniz que no conozco. Lo único que conozco es su música pianística, que ya es mucho. Quiero entrar más en el mundo de Albéniz", añadió Barenboim. El director de orquesta dirigirá en el año 2002 las diez óperas mayores de Wagner, dentro de una edición especial del Festival de la Staatsoper de Berlín. "Wagner es un compositor que se merece un ciclo completo. Hay en él un desarrollo muy grande desde El holandés errante hasta Parsifal, como si fuera una nueva etapa en el desarrollo del lenguaje musical", dijo Barenboim.
Con su camisa de manga corta y su actitud irónica e inteligente, Barenboim rezumaba ayer elegancia. Su profundo sentido del respeto en cada respuesta disuadió a todos los presentes de hacer la más mínima alusión a la película Hilary y Jackie.
El filme ofrece un desgarrador retrato de la vida de la violonchelista británica Jacqueline du Pré (1945-1987). Barenboim estuvo casado con ella. Muchas personalidades de la música han mostrado su indignación por la película y por el libro en que se basa ésta. Barenboim, que se negó a participar en la preparación de la película, ha optado por guardar silencio.
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