La irresponsabilidad de desinformar

El pasado sábado vivimos una nueva experiencia de intento de amotinamiento a bordo de un avión. Algunos pasajeros del vuelo IB-0434 Madrid-Bilbao insultaron a los pilotos que íbamos al mando cuando, por razones técnicas, decidimos abortar un despegue: la reversa del motor nº 3 (potencia que se usa para decelerar el avión) se desbloqueó cuando pusimos potencia de despegue. Al informar al pasaje que volvíamos al parking, los gritos e insultos se oyeron desde cabina (sinvergüenzas, chulos, ¿quereis más dinero?), y la tripulación auxiliar tuvo que aguantar las descalificaciones y vejaciones de algunos pasajeros que nunca recibieron educación.Cuando los pilotos hacemos referencia a la irresponsabilidad de nuestro director general por las continuas descalificaciones que hace contra el colectivo, no lo hacemos por el prestigio de nuestra profesión, sino porque afecta a la seguridad en la operación. Y esto se está demostrando lamentablemente de forma desproporcionada estos últimos días.

El día del aborto de despegue este mismo diario publicaba en contraportada la noticia de un amotinamiento: cuando el comandante informa del retraso al pasaje, éste se amotinan, le amenazan con una denuncia por secuestro, entonces llaman a la Guardia Civil (¿los pasajeros?) y ésta convence al comandante para que despegue porque los ánimos están calientes... ¿Es ésta una historia real? ¿Se imaginan un avión poniendo en marcha, sin permiso de la torre, y despegando a escondidas? Los cabecillas de los amotinamientos son los que sí se creen estas historias; los medios de comunicación han de ser más responsables con lo que publican.

La campaña de descrédito contra los pilotos está teniendo consecuencias imprevisibles. A la carga de trabajo habitual, las tripulaciones tenemos que soportar slots que alargan la jornada laboral y reducen el descanso entre días de trabajo. Y ahora, además, tenemos que dar explicaciones y enfrentarnos ante un pasaje que culpa de todo a los pilotos. Esta presión puede llevar a una decisión errónea en la operación de vuelo, quizás con consecuencias trágicas. Por ese motivo, el Departamento de Seguridad de Vuelo ha remitido una circular a todos los pilotos de la compañía con instrucciones para casos de amotinamiento y recordando la necesidad de no sobrepasar los márgenes de seguridad en estos días de inusual presión.

Afortunadamente, pudimos salir con el vuelo IB-0434, los ingenieros de Iberia solucionaron el problema mecánico en media hora, bloqueando la reversa del motor nº 3. Llegamos a Bilbao a las 22.30. En cuarenta minutos despedimos al pasaje, preparamos el avión para la salida y embarcamos los 40 pasajeros que debíamos llevar a Madrid. Dos pidieron explicaciones a los pilotos por el retraso y nos acusaron de mantener una huelga encubierta y otro pasajero dijo al comandante que iba a presentar una denuncia contra él (!?). Despegamos a las 23.15, cuando llegamos a nivel de crucero la sobrecargo entró con las bandejas y pudimos cenar.- Piloto de Iberia.