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La policía alega que la mayoría de los casos sin resolver son de poca monta

Los policías se defienden: no son tan inútiles como hacen suponer los datos esgrimidos el martes por el fiscal general del Estado, Jesús Cardenal, quien se quejó de que el 50% del millón de delitos anuales quede impune. La policía asegura que la mayor parte de esos 500.000 casos sin resolver son de poca monta: sustracciones en el interior de vehículos, tirones, robos en pisos... La Dirección General de la Policía apela a la estadística para demostrar que en la lucha contra el crimen -atracos a bancos, homicidios, asesinatos, delitos contra la libertad sexual...- luce igual o mejor que la de los demás países de la Unión Europea.

Valga de muestra un dato: la policía resolvió el año pasado el 93,25% de los homicidios y asesinatos. Otro, entre la policía y la Guardia Civil consiguieron detener y poner ante el juez al 79% de los violadores. Y los atracadores de bancos no corrieron mejor suerte: el 84% acabó con las manos esposadas a la espalda. La otra cara de la efectividad policial la refleja este hecho: de los 32.705 tirones, un delito que provoca mucha inseguridad ciudadana, sólo se aclaró el 11%."La policía española tiene un nivel muy alto, igual o por encima de las mejores policías europeas; y las estadísticas no hacen sino darnos la razón", sostiene el comisario José Riesco, responsable de Análisis de la Dirección General de la Policía.

Una realidad que, a simple vista, no concuerda con las cifras ofrecidas el martes por el fiscal general: "El 40%, el 50% y hasta el 60% de los delitos que se cometen deben ser sobreseídos por falta de autor; es una cifra muy alta, tiene que bajar". La policía ofrece una explicación en su defensa: los delitos que no se resuelven son los pequeños hurtos, los tirones, las sustracciones en el interior de vehículos, muchos de los cuales -añaden los responsables policiales en voz baja- sólo se denuncian para poder cobrar el seguro.

Hay, además, una circunstancia añadida. Tradicionalmente, la investigación de los llamados delitos menores nunca fue un destino muy valorado dentro de la policía. Las medallas siempre van destinadas a los que consiguen esclarecer un crimen famoso, detener a un comando terrorista o aprehender un alijo considerable de droga. Casi nunca, por tanto, para el agente que intentó meter entre rejas al caco acusado de poner patas arriba un buen número de pisos de un barrio.

Ahora, sostiene Juan Cotino, director general de la Policía, las cosas ya están cambiando. La creación de la policía de proximidad, del detective de barrio, pretende precisamente poner de moda dentro del cuerpo la lucha contra el pequeño delito. "El objetivo de la policía es hacer de España el país más seguro de Europa", declaró ayer en Onda Cero.

De los 917.314 delitos que se denunciaron el pasado año en España 638.588 le tocaron al Cuerpo Nacional de Policía; el resto, a la Guardia Civil.

El comisario Riesco ofrece otras cifras para intentar demostrar que el dato ofrecido por Cardenal el martes -la mitad de los delitos queda impune por falta de autor conocido- es más llamativo que preocupante. "De esos 638.588 casos que nos tocó resolver, 272.782 se referían a robo de vehículos o de objetos -maletas, radiocasetes- depositados en su interior". "No quiere decir esto", añade, "que los vehículos no aparezcan, pero ya es más difícil que se detenga al autor del robo".

Las cifras cantan: de los 111.723 robos de coches sólo se esclarecieron 16.281 (el 14,57%).

Aun así, Cotino aseguró ayer que, gracias al proyecto Policía 2000, la seguridad es mayor en algunas ciudades. Y puso de ejemplo Madrid, con un 15% menos de delitos.

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