MARINA MAYORAL ESCRITORA "En España se desprecia la presencia del cuerpo en el amor"
Marina Mayoral (Mondoñedo, 1942) acaba de publicar Recuerda, cuerpo, un conjunto de relatos que giran alrededor del tema del deseo y de las posibilidades comunicadoras del cuerpo. Es el último paso de una carrera literaria que se ha desarrollado tanto en el campo de la crítica como en la edición y la narrativa. Entre su docena larga de novelas y libros de relatos destacan Recóndita armonía o En los parques, al anochecer. Pregunta. ¿Cuál es el primer paso a la hora de contar un cuento? Respuesta. Lo primero que se hace para contar cualquier historia es crear una voz narrativa: si narras en primera o tercera persona, si lo haces como protagonista, testigo,... P. Y también se buscará una intención, un tema que dé coherencia al relato. R. Así es. Recuerda, cuerpo está unificado por un tema, que es el del deseo, y por una visión especial del erotismo, que puede surgir a partir del poema de Cavafis, Recuerda cuerpo, con el que se abre el conjunto de relatos. Se trata precisamente de una presencia de lo físico, de la importancia del cuerpo en el amor. Y es que, en un país como España, que ha tenido tantas represiones, se desprecia muchas veces la presencia del cuerpo en el amor. Siempre está esa imagen ascética o mística de que hay que abandonar el cuerpo para alcanzar el éxtasis, cuando es el cuerpo realmente el que te permite amar. Y no es nada en absoluto desdeñable, sino al contrario. El cuerpo es lo que tenemos para poder comunicarnos: desde la voz, la mirada, el tacto. En los relatos se da importancia a la corporeidad en el amor. P. De ahí que se haya calificado a su libro como erótico. R. Esto me gustaría matizarlo. Sí es verdad que hay algunas escenas eróticas, pero lo importante es que se ofrecen retazos de vida, y a veces hasta vidas enteras. Es decir, son cuentos construidos a la manera clásica en los que en pocas páginas se narra lo que es más importante en la vida de una persona. Dentro de la trayectoria de esa vida, el momento erótico, de deseo, sí tiene una importancia, pero el cuento no está en función de esa escena erótica, como suele ocurrir en la literatura adscrita a este género. P. ¿Su condición de profesora de literatura interviene de alguna manera en su trabajo como escritora? R. Creo que no. El saber literatura no interviene a la hora de escribir; es bueno para evitar errores tan groseros que cualquier escritor medianamente bueno los evita sin saber literatura. Lo que ayuda a escribir bien es leer mucho desde pequeño, cuando te acostumbras a los buenos ejemplos. Lo que ocurre es que a mí me gusta mucho enseñar literatura, contar a los chicos autores a los que muchas veces cuesta llegar. Por ejemplo, hay un autor que no se lee apenas y a mí me parece extraordinario, que es Gabriel Miró. Es un escritor que se caracteriza por una fuerte sensualidad, por su riqueza expresiva. Pero, claro, es un autor al que hay que leer despacio. Y entonces los jóvenes llegan precipitados, y quieren leer estas narraciones como si fuera un catecismo y esto no puede ser. Como profesora lo que me gusta es ayudarles a descubrir aquello que por sí mismos no hubieran conocido. P. Ya lleva muchos años residiendo en Madrid. ¿Cómo son las relaciones con su Galicia natal? R. Maravillosas, como las de esas parejas que viven en distintos lugares y se llevan muy bien. Y es que la convivencia es muy mala y los que están juntos siempre acaban peleándose. Yo, como estoy fuera, me llevo muy bien con todo el mundo. P. El año pasado, la Xunta le concedió la medalla de plata que lleva el nombre de Castelao. ¿Sigue teniendo vigencia Galeuzca, la asociación que fundó Castelao, para promocionar las literaturas en gallego, catalán y euskera? R. Todo lo que sirva para promocionar una literatura está bien. Estoy de acuerdo en mantener estas iniciativas. P. ¿Cómo se ven desde Madrid estas literaturas periféricas? R. Creo que ya no hay periferias; hay distintos centros. Tanto la literatura catalana, como la vasca o la gallega están teniendo una vitalidad extraordinaria: son núcleos que generan su propia actividad, incluso con traducciones fuera de España. Ya escribir en gallego no es una limitación, como tampoco creo que lo sea para Bernardo Atxaga escribir en vasco.
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