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Entrevista:PEDRO UGARTE ESCRITOR

"Las personas son más importantes en el Norte porque la naturaleza es más hostil"

El patio del colegio, la familia, el descubrimiento del amor, el primer trabajo y la pérdida de la amistad se suceden en la última novela de Pedro Ugarte (Bilbao, 1963) en el mismo escenario: una ciudad triste y oscura, en la que nunca queda mal llevar gabardina. El lugar del que habla Una ciudad del norte es Bilbao, pero en 300 páginas no se la nombra ni una sola vez. "No mencionar la ciudad no ha sido un prurito, estúpido por otra parte, de intentar universalizar más la historia", explica. "Es para crear una distancia con la propia ciudad. Es una cláusula de estilo". La situación geográfica de la historia no es la única constante que se repite. Al igual que en anteriores escritos -como en la galardonada Los cuerpos de las nadadoras, Premio Euskadi y finalista del Herralde-, el personaje central se llama Jorge y cuenta la historia en primera persona. "Trataba de hacer una novela sobre Bilbao, más cohesionada que la anterior y con una estructura circular", explica Ugarte. "Si hay algo permanente a nuestro alrededor es la ciudad en la que vives. La ciudad es el referente, mientras tu cambias, ella permanece. Le da cuerpo a la novela". En Una ciudad del norte se transmite una visión pesimista de Bilbao, que se describe como gris, poco hospitalaria, unida al sonido de los helicópteros de la policía que la sobrevuelan constantemente. "En el libro hay una apuesta por una estética del Norte, contraria a la que hoy prevalece, y una rebeldía contra el concepto del Sur. Vivimos en una sociedad que no sé por qué razones hay una apología del Sur, de la estética de California, que se confunde con la felicidad y la alegría. La palidez, por ejemplo, está proscrita", prosigue. "Las personas son más importantes en el Norte porque la naturaleza o el contexto urbano es más hostil; en el Sur el ser humano se diluye, la naturaleza es más importante y el cuerpo prevalece sobre los sentimientos". Ni una sola línea de la novela refleja el cacareado renacer del nuevo Bilbao. "Sí, es verdad que Bilbao está cambiando, y presumiblemente está cambiando a mejor", reflexiona Ugarte. "Posiblemente Bilbao está pasando un buen momento, pero nosotros como personas vamos a seguir teniendo los mismos problemas de siempre. Hay una visión pesimista de Bilbao en la novela, porque no es un análisis sociológico ni político, es literario". Al tiempo que escribía Una ciudad del norte recibió el encargo de preparar el ensayo Historia de Bilbao, que publicará en breve la editorial Txertoa. "Contiene muchas reflexiones sobre la ciudad. En ese libro hay una visión de Bilbao diferente de la novela, más objetiva, con más influencia de la reconversión de la ciudad al mundo de la cultura y a un cosmopolitismo, de segunda, pero cosmopolitismo al fin y al cabo". El personaje que reafirma su personalidad a base de denigrar la ciudad en la que vive resulta muy antipático a Ugarte. En su novela, las críticas son parciales y con una gran dosis de ironía. "Me imagino que siempre hay un conflicto con la sociedad que te rodea, que acaba comunicándose a la ciudad en la que vives", argumenta el autor. "No puede ser una relación de odio furibundo, sino de amor-odio, como con todo lo que tienes una relación. Forma parte de tu historia personal y de tu memoria, pero también de tus frustraciones y desgracias". Ugarte ha tratado de llevar a la historia que cuenta Jorge en Una ciudad del norte, la tesis de que la madurez se puede confundir con la resignación. "Pasa el tiempo y te vas creando unas limitaciones, inevitables, con tu propia biografía", dice. "Tengo la sensación de que la gente renuncia a la felicidad por la comodidad. Sería una heroicidad la búsqueda constante de la felicidad". Dos editoriales Llegar a finalista del Premio Herralde de novela, permitió que Los cuerpos de las nadadoras fuera publicado en la potente editorial Anagrama. Para Una ciudad del norte Ugarte ha elegido a Bassarai, una empresa sensiblemente más modesta. "Hay una relación un poco perversa entre los profesionales de la literatura, que establece que cuando uno llega a un determinada editorial no conviene que haya retrocesos. Hay gente que con ese criterio se queda tres años sin publicar. Es legítimo tener una estrategia, pero no es mi caso. Si tengo dos novelas, trato de publicarlas". La relación con Anagrama tampoco se ha roto. En otoño llegará al mercado con esa editorial Pactos secretos, una novela en la que el autor anuncia menos humor y cambios formales. "Me daba cierto miedo, pero forma parte del oficio plantearse novedades". Ugarte está ilusionado. "Creo que he sido capaz de hacer una cosa distinta. Una ciudad del norte cierra una forma de escribir".

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