Y Granada se hizo Verona

"Vamos, José Luis, mucha merde", dice entre francés y castellano una mujer a uno de los intépretes segundos antes de que se alce el telón del teatro Isabel la Católica de Granada. Tras el escenario, actores y técnicos se mueven a un ritmo furioso mientras se va llenando el teatro. Es el resultado de un año entero de trabajo. "Salga bien o mal, lo hemos conseguido", dice otro actor. Y es cierto: contra viento y marea, han logrado montar un musical sobre el clásico de William Shakespeare Romeo y Julieta. Tres horas después les premian con varios minutos de aplausos. En la noche del estreno, Granada se hizo Verona. Romeo y Julieta: ha requerido la participación de más de medio centenar de personas, todas ellas granadinas, entre actores, músicos en directo y personal de producción para un proyecto que requirió una inversión de 50 millones de pesetas. La idea, que surgió de un grupo de amigos que empezaron a representar la adaptación musical en colegios mayores, ha terminado llegando a un gran escenario y contando con el aplauso entusiasta del premio Nobel José Saramago, que el pasado viernes acudió a la noche del estreno. "¿Nervioso yo? Al contrario: estoy encantado. Me gustaría que ahora mismo se detuviera el tiempo", decía Francisco José Fernández, el joven autor del libreto. Unos metros más allá, más inquieto, se movía el autor de la música, Santiago Martín. Eso era instantes antes de que comenzara la obra. Luego, durante la representación, los dos aplaudirían a rabiar las intervenciones de los actores. Hubo nervios en el estreno de Romeo y Julieta, algunos problemas de sonido y objetos que se caían del escenario. "En los estrenos es normal que no todo salga redondo", explicaba más tarde José Saramago. "Pero el espectáculo tiene una alta calidad. La obra puede ser un éxito. Y es enteramente granadina". El proyecto cobró forma el pasado año, cuando Antonio del Río y Carlos Núñez, de la empresa Casting Producciones, vieron una representación, aún en esbozo, y se quedaron entusiasmados. Eran los organizadores de la Semana del Teatro Musical de Granada y decidieron invertir en la idea. Contrataron músicos para que tocaran en vivo y dejaron la responsabilidad de la dirección para otro joven, Pablo Sánchez. Ahora los productores se sienten orgullosos del montaje. También se sentían orgullosos los demás involucrados. Cuando tras las casi tres horas de actuación respondieron desde el escenario a los aplausos del público, no se lo podían creer. Como tampoco los dos actores principales, Oscar Mingorance y Mamem Márquez, o el magnífico Pedro Antonio Pérez, un tenor que interpreta a Fray Juan y que arrancó aullidos de entusiasmo entre los asistentes. Todos ya piensan en la siguiente representación.