Las rivalidades internas amenazan con dividir en dos al peronismo
Las rivalidades internas en el Partido Justicialista de Argentina han aflorado de nuevo con las serias acusaciones dirigidas contra el presidente Carlos Menem por uno de los principales líderes del peronismo, Eduardo Duhalde. Menem, presidente de Argentina desde 1989, lidera una corriente del peronismo enfrentada a otra que dirige Duhalde, gobernador de la provincia de Buenos Aires y el candidato con más posibilidades de representar al partido en los comicios presidenciales del 24 de octubre.En declaraciones a las emisoras de radio, Duhalde insistió el pasado miércoles con sus sospechas de que Menem no desea el triunfo peronista en las elecciones. "Hay que ver si Menem realmente tiene vocación de triunfo o no la tiene. Si tiene vocación de triunfo, bienvenido sea. Si no está tan convencido de querer ganar, lejos de hacerle caso, tendremos que decirle: "Señor presidente, no lo queremos en la campaña", dijo Duhalde.
El gobernador reaccionó así tras la información difundida al cabo de una reunión que directivos del sindicalismo peronista agrupados en la Confederación General del Trabajo (CGT) celebraron este martes con Menem. Fuentes del partido dijeron que en esa ocasión se habló de un plan tramado por los seguidores de Menem para imponerle a Duhalde una serie de condicionamientos antes de llegar a un acuerdo que asegure la distensión y la unidad del oficialismo.
Doble exigencia
Según esas fuentes, los seguidores del presidente quieren que Duhalde acepte a Menem como líder del partido hasta el año 2003 y, al mismo tiempo, deshaga la alianza que selló con el senador Ramón Palito Ortega, quien se prepara para acompañar al gobernador como candidato a vicepresidente.Pero Duhalde descartó por completo la posibilidad de llegar a un acuerdo con el menemismo, exigió la confirmación de la fecha de las elecciones primarias para julio próximo y dejó en claro que la CGT no impondrá al compañero de su fórmula.
Además, le advirtió al jefe del Estado que si el Justicialismo pierde las elecciones de octubre, "no durará ni un mes" en el liderato de un partido forzado a trabajar desde la oposición.
"Yo no tengo que llegar a ningún acuerdo porque ya hemos constituido una alianza con Ortega. Lo que tienen es que dejar de molestar, fijar la fecha definitiva de elecciones, convocarlas y que la gente elija", desafió.
Eduardo Duhalde fue vicepresidente argentino entre 1989 y 1991, cuando -a petición de Menem- abandonó ese puesto para disputar con éxito la elección de gobernador de la provincia de Buenos Aires. Ambos líderes mantuvieron una buena relación que, incluso, llevó a Duhalde a respaldar con firmeza la campaña que terminó con la reelección de Menem, en 1995.
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