Una disputa entre bomberos en Sevilla retrasó el hallazgo de la víctima de un derrumbe

Los bomberos de Sevilla descubrieron poco después de la medianoche del martes el cuerpo sin vida de María Teresa Guardia Vidal, de 25 años, catalana y estudiante de piano en la ciudad andaluza, entre los escombros del edificio en rehabilitación de la calle Bustos Tavera que se había venido abajo a las cinco y media de la tarde. El cadáver estaba en el último metro cuadrado de tierra que quedaba por remover y cuando oficialmente ya se había comunicado que no había víctimas.De hecho, la búsqueda de las mismas se vio alterada e incluso se dio por finalizada antes de las ocho de la tarde por una disputa entre los bomberos y la unidad canina de Huelva. Según estos últimos, el jefe de los bomberos les "echó" de la zona aunque ellos no habían terminado su trabajo. Uno de los perros dio "un amago", con dos ladridos, pero los otros canes no refrendaron el hallazgo, por lo que todos creyeron que no había víctimas.

Los grupos políticos en la oposición del Ayuntamiento de Sevilla (PSOE e IU) reclamaron ayer la dimisión del primer teniente de alcalde, Alejandro Rojas-Marcos (Partido Andalucista), quien también es vicepresidente de la Gerencia Municipal de Urbanismo (GMU), tras el derrumbe del inmueble.

El pasado 31 de diciembre el desplome del muro de un antiguo establecimiento comercial, el Bazar España, causó la muerte de otras cinco personas. "Nos negamos a considerar normal que en Sevilla ocurran estos hechos", dijo un portavoz de la oposición.