Jalabert y su equipo anestesian una carrera cada vez más sosa
El inmovilismo preside la Vuelta al País Vasco. La superioridad del ONCE-Deutsche Bank, equipo del líder Jalabert, ha anestesiado una carrera que este año ha cambiado la dureza de sus trazados por etapas rompepiernas poco aptas para exhibiciones. Con esto, las jornadas se suceden como un calco: escapada interminable, llegada semimasiva inevitable. Por orden, Álvaro González de Galdeano y Eduardo Hernández se encargaron de especular con la suerte que corrrespondió en última instancia a Garzelli, una promesa italiana que aprende a las órdenes de Pantani. El puerto de la Herrera, el único de cierta entidad en esta prueba, sólo sirvió para ratificar la superioridad de Jalabert: a poco de la cima adelantó al grupo observándolo como si no disputaran la misma prueba. Su gesto ilustra el aburrimiento de un líder rodeado de aspirantes a las sobras.
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