Los bomberos creen que tras el fuego del Palas está "la mano del hombre"
Sólo dos cosas han quedado claras tras las primeras investigaciones del incendio que arrasó parcialmente la segunda planta y la cubierta del histórico Hotel Palas de Alicante durante la madrugada del pasado sábado: que el fuego se desató en una habitación del ala este, en su segunda planta, y que en su origen participó "la mano del hombre". ¿Intencionado o un accidente fortuito? Los bomberos consideran que dentro de una semana podrán contestar con seguridad a esa pregunta.
Tras inspeccionar ayer el interior del vetusto inmueble, clausurado como hotel el año pasado, el jefe del parque municipal, Alfonso Prats, declaró que en el cuarto donde surgieron las llamas hay "tres camas bien dispuestas" y diversos enseres que llevan a pensar que el edificio estaba ocupado por indigentes. Prueba concluyente de que el edificio servía de cobijo a personas sin hogar es que los bomberos descubrieron a un hombre durmiendo en su interior cuando el sábado por la mañana fueron a rematar las tareas de extinción. También algunos vecinos de las viviendas cercanas aseguran que el establecimiento hotelero estaba habitualmente ocupado por indigentes e indicaron que en los últimos días habían visto entrar y salir del edificio a una familia con niños. El alcalde de Alicante, Luis Díaz Alperi, tenía previsto reunirse ayer por la tarde con los nuevos propietarios del edificio, la familia Ávila Roma, de Benidorm. Fuentes de la alcaldía indicaron que hasta hoy no informarían de la reunión. El hecho de que la escritura de compraventa del inmueble se formalizara dos días antes del siniestro, como ya informó el PAÍS en su edición del domingo, ha desatado especulaciones sobre una hipotética intencionalidad del fuego. No obstante, en medios municipales se baraja como "más probable" que fuera un indigente quien provocara el siniestro al encender una fogata. La familia Ávila Roma adquirió recientemente el hotel por 700 millones de pesetas con la intención de rehabilitarlo y abrirlo de nuevo como hotel. Sin embargo, el concejal de Urbanismo, José Ramón García, indica que hasta la fecha no se ha presentado en el Ayuntamiento la solicitud de licencia para reformar el inmueble. La operación inmobiliaria ha sido muy compleja. Una fundación valenciana de carácter religiosa era titular de la propiedad, pero lo tenía arrendado al empresario alicantino Pedro Creixell, quien fue demandado por los trabajadores que perdieron su empleo cuando se cerró. El hotel, ubicado en la manzana delimitada por la plaza Puerta del Mar y las calles de Cervantes, Gravina y San Telmo, tiene el máximo grado de protección en el catálogo municipal de inmuebles históricos. El declive del vetusto hotel comenzó hace más de una década. El siniestro afectó gravemente a la estructura del edificio. Una de las vigas maestras que lo sustenta se vino abajo. La cubierta quedó prácticamente destruida y la segunda planta seriamente dañada. La fachada no se vio afectada. Pocos días antes del siniestro, el Patronato Municipal de la Vivienda presentó una alegación al Plan Especial del Casco Antiguo -en cuyo ámbito se encuentra este inmueble- para recuperar la cubierta del histórico edificio como terraza.
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