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GUERRA EN YUGOSLAVIA LOS BOMBARDEOS

Los ataques alcanzan centros militares vitales

Las bombas impactan en el mando del Ejército serbio para Kosovo y en la sede de la Fuerza Aérea

ENVIADO ESPECIAL, Misiles de la OTAN alcanzaron, pasadas las cuatro de la madrugada de ayer, el mando de la Fuerza Aérea de Yugoslavia situado en el barrio de Zemun, al lado del Danubio en Belgrado, y dañaron varios edificios universitarios y algunas viviendas particulares que se encuentran en la zona. Un misil había caído a las 2.20 cerca del aeropuerto civil de Belgrado, que sufrió daños menores. Cayeron también en la madrugada bombas de precisión sobre el cuartel del Tercer Cuerpo del Ejército en Nis, la tercera ciudad de Yugoslavia, situada a unos 250 kilómetros al sur de Belgrado. El mando central de esta unidad del Ejército yugoslavo es el responsable de la represión que se está llevando a cabo en la provincia de Kosovo.

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Día 13

Anoche, en la última ofensiva aliada, misiles de la OTAN alcanzaron a las 22.30 la central térmica anexa a la refinería de petróleo de Novi Sad, segunda ciudad más importante de Serbia, situada 100 kilómetros al norte de Belgrado. 15 minutos antes, en Sombor, 200 kilómetros al noroeste de la capital serbia, era destrozado un puente sobre el Danubio, según fuentes yugoslavas. Y en Nis, sobre las 21.30, y según una emisora gubernamental, varios miseles aliados habrían alcanzado el aeropuerto.En Kosovo, los bombardeos afectaron a la capital (Pristina), Kosovska Mitrovica y Gnjilane. Anoche, en Pristina se escucharon, al menos, 15 explosiones, cuatro de llas muy fuertes. Los misiles de la Alianza siempre llegan de madrugada, amparados en la oscuridad y con la intención evidente de reducir al máximo la posibilidad de causar daños entre la población.

En la madrugada de ayer, el objetivo principal ha sido el mando de la Fuerza Aérea, situado en el hermoso barrio de Zemun, de Belgrado. Zemun era un pueblo situado a las orillas del Danubio, que pertenecía al Imperio Austrohúngaro, y todavía conserva hoy, integrado en el gran Belgrado, un cierto aire de aquella época. En sus locales y barcos anclados en el Danubio, los belgradenses solían divertirse hasta altas horas de la madrugada los fines de semana en días mejores que los actuales.

Los bombardeos contra el mando de la Fuerza Aérea afectaron también a algunos recintos universitarios y rompieron los cristales de las casas particulares. Según información del Estado Mayor del Ejército, una parte de Zemun se ha quedado sin agua y electricidad.

"Bandidos norteamericanos"

El ultranacionalista Vojislav Seselj, jefe del Partido Radical y viceprimer ministro de Serbia, tiene en Zemun su feudo político y fue alcalde de ese distrito de Belgrado antes de ascender a su actual cargo. Ante las cámaras de la televisión oficial serbia (RTS), Seselj tronó con ganas: "Los bandidos norteamericanos apuntaron al corazón de Zemun. Hasta ahora no nos han causado ninguna pérdida militar. Apuntan a objetivos en zonas urbanas para intimidar a la gente, pero son incapaces de comprender que, después de cada bombardeo, el pueblo serbio se muestra más decidido a defender su patria, su independencia y la tierra sagrada de Kosovo". El político ultranacionalista añadía sin contenerse: "Esto sólo servirá para poner de manifiesto su esencia criminal. Además, ya todo el mundo sabe que entre Hitler y Clinton no hay ninguna diferencia esencial".Las ideas de este político de corte neofascista no suenan tan descabelladas ahora en esta Serbia sometida a los bombardeos. Como cada día, desde el inicio de los ataques, centenares de jóvenes se reunieron ayer en la plaza de la República de Belgrado para asistir al recital que se celebra bajo el lema La música nos ha mantenido en pie.

Las pancartas, pegatinas e insignias tienen como asunto dominante la asociación de la OTAN y el presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, con Hitler y el nazismo. Las bombas de la OTAN se lo han puesto fácil a los propagandistas del régimen. Los serbios se sienten bombardeados de forma directa y personal. Los sufrimientos de los kosovares no cuentan. Además, no aparecen ni por asomo en la televisión serbia, convertida en una máquina de propaganda.

Algunos periodistas extranjeros han sido agredidos estos días en Belgrado. Se trata de excepciones. El comportamiento general de la población es correcto. Salvo las inevitables alusiones, de mejor o peor gusto, cuando constatan que el periodista es compatriota del secretario general de la OTAN, el español Javier Solana.

Además de Belgrado, los bombardeos se concentraron ayer contra Nis, en un importante centro militar. Nis alberga al mando del Tercer Cuerpo del Ejército, que manda el teniente general Nebojsa Pavkovic, a quien Milosevic acaba de ascender, y que ha adquirido un gran protagonismo en las semanas precedentes a los ataques al dejar claro que, si la OTAN bombardeaba, liquidarían a los terroristas kosovares. Ahora, Pavkovic advierte contra el riesgo de una intervención por tierra: "Nadie puede venir a Kosovo sin contar con muchas víctimas. No queremos que ningún soldado norteamericano, inglés, francés o alemán muera en Kosovo". Luego, Pavkovic presenta unas cuentas de bajas de la OTAN que parecen las del cuento de la lechera. Asegura el alto militar serbio que han derribado siete aviones, un helicóptero, un avión no tripulado y 27 misiles.

Los bombardeos de Nis alcanzaron también a una fábrica de tabaco, la más importante del país. No se puede desdeñar la importancia de este producto. Serbia es un pueblo de fumadores empedernidos y la falta de tabaco saca de quicio a sus habitantes.

[Anoche, el Estado Mayor del Ejército yugoslavo aseguró que sus tropas se preparan ya para un eventual ataque de la OTAN por tierra. Además, acusó a la Alianza de "usar cruelmente a los albaneses como un escudo humano que le permitiía la incursión de tropas de tierra en Kosovo", informa EFE.]

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