Paso a los pasos
Decenas de cristos y vírgenes tallados en los cuatro últimos siglos salen a la luz en las procesiones de Semana Santa
Cuando sale el Cristo de Medinaceli en procesión, los fieles siempre le acompañan. Pero no lo hacen para mirar el transcurrir del paso. Le acompañan porque es como si saliera un amigo al que ven sólo una vez al mes. Es esta imagen, una talla del siglo XVII de autor desconocido pero de claro estilo sevillano, la que más gente congrega de todas las que desfilan por Madrid durante estos días.El Cristo de Medinaceli, y también Jesús el Pobre, son nazarenos. Porque, además de vestir una túnica morada, llevan las manos atadas: representan al Jesús apresado en el Monte de los Olivos. "Es impresionante porque es una talla muy bien trabajada. Un Cristo entregado, rendido. Entiendo que la gente se acerque a él como a alguien que sufre. Se le nota el sufrimiento, el cansacio de un hombre rendido", dice sobre el primero Francisco Andrés Martínez, delegado de cofradías en Madrid. Según este sacerdote, al Gobierno de la República también le llamó la atención esta pieza, pues la trasladaron a Suiza mientras duró la guerra civil. Regresó en 1939.
Otras imágenes que salen en procesión estos días son más modernas, pero no menos valiosas. Como el Divino Cautivo, una talla de Mariano Benlliure, artista considerado como uno de los escultores más importantes de principios de este siglo. Al Divino Cautivo, que es de los años cuarenta, lo saca en procesión una hermandad, la de Nuestro Padre Jesús el Divino Cautivo. Nació en un colegio, el Calasancio, que también fue cárcel durante y después de la guera civil. Precisamente, hubo unos años en que esta hermandad tuvo el privilegio de liberar un preso.
También es de los años cuarenta el Cristo de la Fe, que sale en la procesión que organiza la Hermandad de Cruzados de la Fe. Es una obra de José Capuz, (1884-1964) nacido en el seno de una familia de escultores valencianos. Es éste uno de los más modernos Cristos que desfilan en procesión en Madrid: está crucificado y no tiene policromía, su color es el de la madera.
Hay figuras a las que el artista no sólo ha pintado, también las ha vestido. Es el caso, por ejemplo, de Nuestro Padre Jesús el Pobre, que sale desde la iglesia de San Pedro. Jesús el Pobre es una talla del siglo XVIII, de autor anónimo y de escuela sevillana. "Puede ser del taller de Juan de Astorga, pero faltan datos para confirmarlo", expone Martínez. Sí se sabe, tal y como cuenta el delegado de cofradías, que fue la duquesa de Medinaceli la que donó, en 1766, esta figura a la iglesia de San Pedro el viejo. Jesús el Pobre está vestido porque el traje está tallado. Pero se le viste otra vez con ropa para salir en la procesión. Y tiene que llevar peluca porque lo que no está tallado es el pelo.
Vírgenes con truco
Con truco hay varias vírgenes, las que se llaman "de vestir": sólo tienen cara y manos. Y, si a esto se le añaden los pies, se considera que la virgen es de estilo sevillano, tal y como explica Martínez. La más joven de todas las imágenes de las procesiones madrileñas es la talla de María Santísima del Dulce Nombre, que acompaña a Jesús el Pobre. Esta virgen fue bendecida hace tan sólo dos meses. Pero según Martínez, "una vez vestida" parece de la misma edad que el resto.Por las calles de Madrid circulan 30 procesiones en Semana Santa, la mayoría a partir de hoy y principalmente por el centro. Por eso la Policía Municipal ha establecido un dispositivo especial. Y por eso, los que permanecen en la ciudad estos días deben tener en cuenta su recorrido y su horario. Porque por donde pasa un paso no se puede pasar.
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