"Que le caiga todo el peso de la ley", pide el hijo de la víctima

Guillermo Martínez, de 25 años, hijo del taxista asesinado, mantenía anoche el gesto triste pese a la detención del supuesto homicida de su padre. "Espero que le caiga todo el peso de la justicia", dijo Guillermo. El joven, que compartía el taxi con su padre, ha pasado jornadas enteras con la Guardia Civil para reconstruir las horas previas al crimen y determinar el itinerario que siguió Rafael Martínez la noche de su muerte."Ahora estamos más tranquilos. Pero ante todo quiero agradecer a la Guardia Civil todo el trabajo que ha llevado a cabo. En ningún momento les voy a tener rencor; no les voy a echar la culpa a ellos por lo que ha hecho una sola persona de ese cuerpo", dijo Guillermo.

En el mismo sentido se expresaron el presidente de la Asociación Gremial del Taxi de Madrid, Eladio Núñez, y el secretario de la Federación Profesional del Taxi, Julio Sanz. Ambas entidades exigieron, a raíz del crimen, la mejora de las medidas de seguridad en el sector. La petición tuvo una rápida respuesta de las autoridades.

Medidas de seguridad

Tanto la Delegación del Gobierno como el Ayuntamiento de Madrid convocaron entonces reuniones con los taxistas para pactar las mejoras. Entre ellas figuraba la instalación en los vehículos de cajas fuertes, mamparas de policarbonato, minicajeros para tarjetas de crédito y emisores vía satélite para determinar la ubicación de los taxistas. La policía también prometió aumentar los controles callejeros y las inspecciones coche a coche.Finalmente, el presidente regional, Alberto Ruiz-Gallardón, ofreció a los taxistas un novedoso sistema de seguridad: conectar sus vehículos vía satélite con el teléfono 112, el servicio de urgencias regional. La idea, que se pondrá a prueba en 50 vehículos en mayo próximo, consiste en dotar a cada coche con un moderno sistema de comunicaciones GSM (semejante al que utilizan los teléfonos móviles) que permitirá al conductor avisar de una emergencia.