Ovejas negras
Desde 1990, al menos cinco guardias civiles han sido condenados por homicidio en la región. Algunos casos han pasado a la historia por su dureza. Como la muerte de José Manuel Santarem Ciudad, el 7 de abril de 1990, mientras celebraba su despedida de soltero. El asesino, José María del Río Cárdenas, le disparó a un metro de distancia durante una discusión. Fue condenado a 27 años de prisión. Más conocida aún fue la muerte a tiros de la dominicana Lucrecia Pérez, asesinada el 13 de noviembre de 1992 en una discoteca abandonada de Aravaca. Los autores fueron el guardia civil Luis Merino Pérez, de 25 años, y tres jóvenes más. Formaban una banda racista vinculada a grupúsculos neonazis. Las penas para los implicados sumaron más de un siglo de cárcel.El 28 de agosto de 1993, el guardia civil José Segovia Díaz disparó tres veces contra un taxista durante una discusión en plena calle. El agente fue condenado a 10 años de cárcel por asesinato frustrado. El conductor resultó herido.
En marzo de 1996, otro guardia civil, José Navarro, de 54 años, ebrio, mató a su esposa con dos tiros de revólver. Fue sentenciado a 10 años. Y en la madrugada del 20 de junio de 1997, el guardia civil retirado Miguel Ángel Martínez Used asesinó al marroquí Mourad el Abidine, de 19 años, en la calle de Barquillo. El jurado le ha condenado por ello.
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