La OTAN endurece los ataques tras el fracaso de Primakov en Belgrado
La intervención diplomática de Rusia para resolver la crisis yugoslava "no ofrece base para una solución política", en palabras del canciller alemán, Gerhard Schröder, que recibió anoche en Bonn al primer ministro ruso, Yevgueni Primakov, tras la reunión de éste con el presidente de la República Federal de Yugoslavia, Slobodan Milosevic. También EE UU señaló que la gestión rusa no ha dado frutos. Primakov había trasladado que Milosevic estaba dispuesto a negociar si cesaban los ataques. La OTAN valoraba anoche pasar a la fase III de la intervención, que incluye la generalización de ataques contra objetivos en todo el país.
"Personalmente creo que la propuesta presentada por Primakov no es suficiente para la solución política del conflicto de Kosovo, pero Alemania no toma decisiones fuera de la OTAN", señaló Schröder. Primakov había despertado esperanzas al declarar, cuando abandonaba Belgrado: "Hay resultados". Al final del día comentó abatido aludiendo a Milosevic: "Alguien deberá buscar salidas por sí mismo". El presidente yugoslavo, en un mensaje televisado a los yugoslavos, se refirió a esos resultados y afirmó su disposición de retirar algunas fuerzas militares de Kosovo si la OTAN interrumpía los bombardeos: "La solución sólo puede ser política, no con miles de toneladas de bombas", dijo Milosevic, que pidió "el cese completo del apoyo de la Alianza Atlántica a los separatistas albanokosovares". Mientras tanto, la explosión de refugiados continuó ayer en Kosovo. El Gobierno francés estima que más de 300.000 personas han abandonado sus hogares en los últimos días, empujados por la violencia de la policía y las fuerzas de seguridad serbias. Macedonia, que ya ha recibido 25.000 refugiados, se declara incapaz de acoger a más personas y pide ayuda a la Unión Europea y a los países vecinos ante el desbordamiento que sufre. A Albania, el país más empobrecido de Europa, han llegado otros 100.000 refugiados, una "bomba humana" contra el país, según su primer ministro, Pandelli Majko. En EEUU, el gran debate se centra en la imposibilidad, según numerosos expertos, de resolver el conflicto sólo con operaciones aéreas. El Pentágono estima que harían falta entre 100.000 y 200.000 soldados para ocupar Kosovo.
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