_
_
_
_

Francisco José Gan Pampols, vicepresidente de la Generalitat valenciana: “Para febrero rebajaremos el nivel de emergencia”

El teniente general elegido por Carlos Mazón para la reconstrucción tras la dana asegura que la prioridad es la vivienda y abrir los polígonos industriales

Francisco José Gan Pàmpols, en las Cortes valencianas durante el pleno a finales de diciembre.
Francisco José Gan Pàmpols, en las Cortes valencianas durante el pleno a finales de diciembre.Manuel Bruque (EFE)
Xavier Vidal-Folch

El general (jubilado) Francisco José Gan Pampols, de 66 años, es vicepresidente segundo desde el 25 de noviembre del Gobierno autonómico valenciano. Y su máximo responsable para la “reconstrucción económica y social” de la comunidad, tras la dana. Está en plena elaboración del Plan Marco que debe orientarla, mientras en la práctica ya se ha iniciado. Su nombramiento por el president, Carlos Mazón, originó fuertes críticas: sobre todo por la polémica gestión de este. Su experiencia internacional (Bosnia, Kosovo) y en el relanzamiento económico (Afganistán) es su primera credencial acompañada de una notable sobriedad y precisión expresiva, como evidencia en esta entrevista con EL PAÍS.

Pregunta. Destacó en su discurso en Les Corts que el suelo ha quedado “sellado”, lo que facilita otras inundaciones. ¿Cómo se resuelve el problema para no repetir la catástrofe?

Respuesta. Eso no es el efecto de la dana, sino que es antropogénico. Somos nosotros. Nosotros hemos sellado el suelo. Era de naturaleza porosa, permeable. Hemos ido construyendo encima, poniendo cemento, hormigón, asfalto. De manera que ha perdido la capacidad de absorción. No tiene remedio. El único arreglo es lograr que el flujo del agua llegue de forma más canalizada, modular su volumen mediante retenciones en cabecera para evitar desbordamientos, aplicar sistemas de laminado de avenidas, y canales que deriven parte del flujo torrencial a otras infraestructuras que ya existen, como el nuevo cauce del Turia.

P. Sostiene que hay que fijar “criterios más estrictos y sostenibles” en urbanismo. ¿Cómo lo concreta?

R. En la concesión de licencias. Y antes, en la evaluación de lo que se ha destruido y no se puede volver a construir, sino acabar de desmontar y construir en otro sitio. No tiene sentido ser contumaz, pertinaz en el error. Sobra legislación, pero hay que cumplirla: la ley del agua y las directivas europeas ya traspuestas imponen que no se puede construir en zonas inundables. O hemos hecho caso omiso de ese mandato o no hemos dispuesto de planes generales de ordenación urbanísticos, que es el caso de unas cuantas de las poblaciones afectadas. Estamos en que se cumpla la ley.

P. Pero acaba de aprobarse la ley autonómica de simplificación administrativa, que entraña un peligro: deriva el otorgamiento de licencias en áreas de suelo de áreas inundables a los municipios, siempre más débiles.

R. Lo que vamos a hacer es que se cumpla la ley en todos sus términos. Esta impone que el primer documento es la declaración de zona inundable, que debe tenerse en cuenta a la hora de realizar la planificación. Y en caso de que haya la más mínima duda, que se eleve a los organismos técnicos superiores. Sin olvidar jamás que el bien jurídico primordial a proteger es la seguridad de las personas...

P. Que la tragedia no se repita una vez más.

R. Ni nos lo perdonarían, ni nosotros nos lo perdonaríamos.

P. Pero este Consell ha modificado el Pativel, el plan de ordenación de la costa del Gobierno de Ximo Puig, que prohibía construir a menos de 500 metro del litoral, y lo ha reducido a 200. Más barreras constructivas hasta el mar.

R. Visto el fenómeno ocurrido, el conseller de Medio Ambiente exigirá su revisión.

P. ¿Dónde sitúa la prioridad, en recuperar las viviendas, o el aparato productivo devastado?

R. No hay contradicción. Los bajos y los garajes son la primera prioridad. En la medida en que se garantiza su seguridad, vamos a ir pasando a la industria, que también es prioritaria, porque si los vecinos no tienen trabajo y medios de subsistencia propios, al final se van. Ahora que el suministro eléctrico está recuperado, vamos con los polígonos, sobre todo con el material inservible en grandes campas, que los obstaculiza. Debemos aligerar la circulación, y que el drenaje se recupere.

P. ¿Acaba la emergencia y al mismo tiempo empieza la recuperación?

R. En algunos pueblos y zonas de otros la emergencia ha concluido. Estamos elaborando una serie de indicadores que nos permitan resolver si el período de emergencia ha acabado y empieza definitivamente la recuperación. Tiene que ver con las condiciones básicas de todo lo que se necesita para desarrollar normalmente la vida y el trabajo: la luz, el gas, el saneamiento, la movilidad de las personas. Por ejemplo, no hay disponibilidad de piezas de repuesto para ascensores.

P. Muchos tienen aún dificultades, son gente mayor, su planta baja sigue arruinada y no pueden subir a la primera.

R. Una gran diferencia de esta catástrofe con otras anteriores es la magnitud en que ha afectado a ascensores, instalaciones eléctricas y colectores, porque además se trata de una zona densamente poblada y con gran concentración empresarial, la más elevada de la comunidad. Así que el grado de afectación es muy superior a lo conocido.

P. ¿Cuándo se saldrá oficialmente de la emergencia?

R. Cuando todos los indicadores que reflejan el normal funcionamiento de los servicios estén en regla. Ahora, todavía no hay seguridad alimentaria, un suministro completo; no hay seguridad ciudadana, porque hay fallos en el alumbrado nocturno; no hay seguridad sanitaria ni la habrá hasta que todos los centros de atención primaria estén reconstruidos. No todo irá al mismo compás. Unas poblaciones irán más deprisa que otras, porque están menos afectadas o han acelerado más.

P. ¿En febrero?

R. Durante febrero, el conjunto de la comunidad deberá haber superado el actual nivel de emergencia, el 2, para situarnos en el 1, el previo a la normalidad. Tampoco debemos precipitarnos, porque la situación jurídica de emergencia nos posibilita actuar con un modelo de contrato rápido y operativo, negociado con menor publicidad y con reducción de plazos y otros requisitos. Si tenemos que hacerlo todo con la Ley de Contratos del Estado en la mano, no podremos ir a la velocidad necesaria. No hablo de dilatar esta fase de forma artificial, sino de no apresurar su conclusión. Por ejemplo, hasta que todos los niños dispongan de plaza escolar en su municipio. Y que todo el transporte público, metro y cercanías, funcione completamente, ahora nos falta aún un 20%.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_