Autonómicas
Las declaraciones de Pizarro sobre el deseo por parte del PSOE de adelantar las elecciones autonómicas para hacerlas coincidir con las municipales y europeas han provocado una convulsión en el ámbito político andaluz y son muchas las reacciones y comentarios que se suceden en todo nuestro territorio. No obstante, entre dichos comentarios llama la atención la escasa referencia a aspectos económicos y presupuestarios que tienen enorme importancia. Efectivamente, desde un punto de vista presupuestario sería totalmente desafortunado agotar la legislatura y convocar para marzo del 2000. Ello implicaría que el nuevo gobierno que surgiese de la voluntad andaluza se vería obligado a gobernar durante dos tercios del año con unos presupuestos diseñados por un gobierno anterior y que dispondría de muy poco tiempo para el diseño de la estrategia político-financiera de la Junta ante la negociación del nuevo sistema de financiación autonómica. Ha de recordarse que la fecha de marzo de 1996 fue fruto de la ausencia de presupuestos durante dos años por la pinza PP-IU en el Parlamento andaluz, con lo que en ese momento la situación se hacía insostenible. En consecuencia, y por motivos presupuestarios y financieros, la lógica económica lleva a que las elecciones tengan que ser en 1999. Llegados aquí, las dos opciones razonables que quedan son llevar las elecciones al otoño, probablemente coincidiendo con las elecciones en Cataluña, o hacerlas coincidir con las municipales y europeas del próximo junio. La segunda opción tiene como beneficios frente a la primera que el nuevo gobierno de la Junta tendría un plazo mayor para confeccionar los presupuestos en los plazos legales y que se reducirían de manera importante los gastos de los partidos, ya que se ahorrarían muchos de los costes de una campaña específica para las autonómicas. No obstante, como no sólo pesan los criterios económicos, es de esperar que a la hora de optar por una u otra opción, el presidente Chaves tenga en cuenta otros factores como son el fomento de la participación electoral, que induciría a convocar en junio, y la manifestación de la singularidad andaluza, que aconsejaría llevarlas a otoño. En breve lo sabremos.LUIS ÁNGEL HIERRO
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