Villalonga anuncia que pondrá todas las filiales del grupo a competir entre ellas
El presidente de Telefónica, Juan Villalonga, anunció ayer que va a poner a las compañías del grupo a "competir entre ellas". "Telefónica de España [telefonía básica] va a competir con Telefónica Móviles", precisó. Villalonga vaticinó que "los ingresos por telefonía básica seguirán cayendo", pero se compensarán con la expansión en Internet, transmisión de datos, móviles y TVdigital. Los sindicatos, que expresaron su opinión en la junta, le acusaron de debilitar el activo más importante, la telefonía básica, y estar "cargando los errores de su gestión a los trabajadores".
Juan Villalonga pudo leer íntegro su discurso, pese al estruendo de pitos y petardos que llegaba desde la sala B, donde se concentraban los accionistas que no pudieron acceder al recinto en el que se encontraba el presidente de Telefónica arropado por su consejo de administración. Entre los miembros del máximo órgano de decisión se encontraba Bert Roberts, vicepresidente de MCI WorldCom. Su presencia es casi la única prueba palpable de que la alianza estratégica firmada entre Telefónica y la empresa estadounidense en abril de 1998 sigue en pie.En su discurso, Villalonga subrayó que "Telefónica es una compañía que sabe trabajar con socios", aunque adelantó que va a "continuar ampliando nuestro abanico de relaciones, tanto con grupos globales como locales". Posteriormente, en respuesta a la pregunta de un accionista sobre los frutos de la alianza con MCI WorldCom se limitó a decir que "es una excelente asociación".
Villalonga dio comienzo a la asamblea a las 10.30 con un repaso a los resultados de 1998. "Un buen año para Telefónica", dijo, porque se han alcanzado 217.584 millones de pesetas de beneficio, un 14,5% más que el año anterior, y "hemos aumentado un 52% el valor de las acciones". Advirtió de "la progresiva disminución de ingresos de la telefonía básica tradicional", que han pasado a representar un 48,6% de la facturación total del grupo en 1998 (2,9 billones de pesetas) frente al 52% del año 1997. Dijo que se compensará con el crecimiento de las filiales dedicadas a transmisión de datos, Internet y móviles. "Tenemos que ofrecer a nuestros clientes servicios integrados que vayan desde la voz al acceso a Internet", dijo, a pesar de que Telefónica tiene abierto un expediente en la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT) por vender conjuntamente telefonía, acceso a Internet y televisión digital, lo que podría constituir abuso de posición dominante. Posteriormente dijo que procederá a una mayor "desagregación de las compañías que conforman el grupo (...). Vamos a poner a nuestras compañías a competir entre ellas".
El turno de ruegos y preguntas lo abrió el presidente del comité intercentros de Telefónica, Antonio Pavón, arropado por un grupo de delegados sindicales a quienes se permitió acceder a la sala principal de la junta. Pavón leyó un comunicado en el que los sindicatos critican duramente la gestión de la compañía y expresan su preocupación porque "se está debilitando la telefonía fija, el activo más importante del Grupo Telefónica". Protestó por la falta de diálogo y preguntó a Villalonga: "¿Ha valorado las consecuencias de un conflicto laboral permanente?".
Desde la sala B, un accionista y delegado de CCOO en Cataluña se dirigió a través del circuito cerrado de televisión a los representantes del núcleo estable de accionistas -Argentaria, BBV y La Caixa- afirmando que "sus manos están llenas de sangre", en alusión a los heridos que se produjeron en las inmediaciones del recinto. En un comunicado, los sindicatos, que llegaron a pedir la dimisión de Villalonga, afirman que "la situación actual no beneficia a nadie, ni al núcleo duro ni a aquellos que tengan vocación de permanencia en la empresa".
Villalonga respondió que "los tres bancos del núcleo duro y Caja Madrid dan estabilidad y un apoyo indispensable al crecimiento de la acción", dijo.
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