Moncloa considera "insólito" que dos partidos que gobiernan convoquen un paro contra el Ejecutivo

El Ejecutivo de José María Aznar considera "insólito" y "escandaloso" que dos partidos que gobiernan una comunidad autónoma, como el PNV y EA en Euskadi, suscriban una convocatoria de paro contra el Gobierno central. El manifiesto aprobado el miércoles por el Pacto de Lizarra -PNV, EA, EH e IU-, en el que se acusa a los Gobiernos español y francés de apostar exclusivamente por la vía policial en el proceso de paz y se llama a un paro de una hora el 12 de abril, ha causado perplejidad en La Moncloa. El ministro del Interior, Jaime Mayor, constata "la gran similitud en el fondo y en la forma" entre este manifiesto y el comunicado de ETA reivindicativo del atentado contra Aznar, en abril de 1995. "ETA manda en el Pacto de Lizarra".

El último manifiesto del Pacto de Lizarra acusa a los Gobiernos de España y Francia de articular respuestas "exclusivamente policiales y judiciales de marcado carácter político" ante el proceso de paz en Euskadi. A la par, convoca una manifestación en el País Vasco para el 10 de abril y un paro de una hora dos días después, con la pretensión de "consolidar el proceso de paz en Euskadi".El Ejecutivo central denunció ayer la paradoja de que un manifiesto que propone consolidar la paz "en ningún momento hace la más mínima referencia condenatoria a los 260 actos de violencia callejera, en su mayoría contra concejales del PP y del PSOE, que se llevan registrados desde la declaración de tregua de ETA", el 16 de septiembre de 1998. "El Pacto de Lizarra reivindica la consolidación de la paz y no condena los actos violentos del entorno de ETA. Demuestra una actitud política enormemente sectaria", se enfatiza en La Moncloa.

El Gabinete de José María Aznar no quiere entrar en consideraciones sobre la posibilidad de que el manifiesto sea la contrapartida política que las fuerzas de Lizarra dan a ETA por el posible anuncio del cese de la violencia callejera en los próximos días. "Aun así", señalan las mismas fuentes, "el precio a pagar por el PNV y EA a ETA sería muy alto".

El ministro del Interior, Jaime Mayor, cree que, en todo caso, antes que nada "hay que hablar de realidades y no de promesas", ya que todavía continúa la violencia callejera. "Se está intentando aparentar la existencia de un proceso de paz cuando realmente lo que algunos pretenden es simplemente un proceso de exclusión de aquellos que no piensan como ellos. Es puro tacticismo. No hay autenticidad en ETA".

En el fondo y en la forma

La denuncia del Gobierno central va más lejos al señalar "la gran similitud en el fondo y en la forma" entre el último manifiesto del Pacto de Lizarra y el comunicado en el que ETA asumía la autoría del atentado contra Aznar, en Madrid, en abril de 1995. Para el Ejecutivo, no cabe duda de que "el PNV y EA han firmado el texto que les ha presentado Arnaldo Otegi [líder de EH]". "ETA es quien manda en Lizarra", sentencia.La filosofía del manifiesto, que centra la responsabilidad del "conflicto político" del País Vasco en los Gobiernos español y francés y propone como fórmula política "devolver la palabra a Euskal Herria", está recogida en aquel comunicado de ETA del 26 de abril de 1995, según el Ejecutivo.

Los analistas de La Moncloa incluso ven similitudes en el lenguaje. Así, el comunicado de ETA señalaba que "para la superación del conflicto político con el Estado es necesario dar la palabra a Euskal Herria". El nuevo manifiesto del Pacto de Lizarra termina con una expresión similar. "Euskal Herria tiene la palabra". También el dirigente del PSOE Ramón Jáuregui aprecia que "PNV y EA han asumido el planteamiento político tradicional y el lenguaje de Herri Batasuna". Jáuregui destaca la consideración de un "conflicto político" detrás de la violencia y el establecimiento del ámbito vasco de decisión.

La convocatoria de paro de una hora el 12 de abril preocupa especialmente al Gobierno porque tiene un "carácter insólito, sin precedentes en Europa, de que unos partidos que gobiernan convoquen una huelga". El PSOE comparte igualmente esta posición del Ejecutivo. Jáuregui cree, además, que la convocatoria de paro "profundiza en la división social en Euskadi al llevar a los centros de trabajo la división entre nacionalistas y no nacionalistas". "Caminamos peligrosamente hacia la separación entre las comunidades nacionalista y no nacionalista".

La patronal vasca Confebask censuró también ayer la convocatoria de este paro. Los empresarios consideran que esta iniciativa "supone un claro y grave perjuicio para la actividad económica y para la imagen" de Euskadi, "independientemente de los organismos o motivos que lo impulsen", informa .

Confebask agrega en un comunicado que, sin entrar "en ningún momento" a valorar las circunstancias ni los planteamientos que respaldan las movilizaciones, "cualquier actuación de carácter político ha de ser absolutamente respetuosa con los derechos e intereses de las empresas y los ciudadanos".

La patronal añade que la huelga de una hora lesiona "de forma importante y hasta cuantificable el derecho que asiste a un sector de la sociedad a no verse afectado por decisiones que le son ajenas". Por ello pide "responsabilidad y que se tengan en cuenta las consecuencias que para terceros se derivan de determinadas decisiones políticas".