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La Ertzaintza baraja la hipótesis de que el presunto etarra Geresta se suicidó al sentirse acorralado

La Ertzaintza mantiene "sin ninguna duda" la hipótesis de que el presunto miembro del comando Donosti de ETA José Luis Geresta Mujika, cuyo cadáver fue hallado el sábado cerca de Rentería, se suicidó con un tiro en la sien. Los investigadores sospechan que decidió quitarse la vida al sentirse acorralado por la detención en París de Irantzu Gallastegi, miembro de su grupo. Esto, a su vez, trajo como consecuencia el arresto de la concejal de HB Nekane Txapartegi, compañera sentimental de Geresta. El informe de los forenses está pendiente de unos análisis encargados al Instituto Nacional de Toxicología.

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La juez de Instrucción número 2 de San Sebastián accedió ayer a la petición de la familia de Geresta de que se realizasen nuevas pruebas radiológicas y una segunda autopsia. Se trataba de completar los resultados de la autopsia inicial realizada por los forenses de la Audiencia de San Sebastián, el pasado domingo.La magistrada supervisó personalmente, en el hospital donostiarra de Aranzazu, la realización de unas pruebas radiológicas para comprobar si la víctima sufrió otro disparo en la cabeza, la trayectoria del proyectil y conocer por medio de los restos de la bala si éstos se corresponden con el casquillo recogido cerca de donde se halló el cadáver. También fue efectuada la prueba de parafina para comprobar la existencia de restos de pólvora en las manos del presunto etarra, que dio resultado positivo.

Ante estos datos, fuentes de la investigación ratificaron su convicción del suicidio como la hipótesis más creíble para explicar la muerte. "Tal como estaba el cadáver, la posición del arma, los restos, el disparo, cómo ha quedado todo, no hay ninguna duda de que ha sido un suicidio", indicaron fuentes consultadas por la agencia Vasco Press. Junto al cuerpo sin vida se hallaron, perfectamente colocados, una cajetilla de tabaco, unas monedas y varios billetes. La víctima no llevaba ningún tipo de documentación.

La pistola encontrada junto al cadáver no era del calibre 22, como se creyó inicialmente, sino una Astra del calibre 6,35, de pequeño tamaño. Mientras que ETA ha usado en escasas ocasiones munición del calibre 22 -una de ellas en el asesinato del concejal del PP de Ermua Miguel Ángel Blanco en julio de 1997- no se conocen precedentes de que la organización terrorista haya empleado pistolas del 6,35. Tampoco hay constancia de que las fuerzas de seguridad hayan incautado recientemente a algún comando un arma de calibre tan pequeño.

Compañera de "talde"

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En medios de la investigación se sospecha que el supuesto etarra se quitó la vida tras sentir que se estrechaba el cerco policial sobre su persona después de las recientes detenciones realizadas en París y Guipúzcoa. De hecho, al arresto de Irantzu Gallastegi en la capital francesa, con la que el fallecido compartió talde (grupo), siguió horas después el de Nekane Txapartegi, compañera sentimental de Geresta y concejal de HB en Asteasu. Txapartegi, encarcelada la pasada semana por supuesta colaboración con ETA, ha solicitado poder asistir a los funerales de Geresta.Los investigadores sospechan que Geresta vagó por el monte tras la detención de Irantzu Gallastegi, el pasado día 9, y la posterior de su compañera sentimental, Nekane Txapartegi, evitando ir a los pisos de seguridad de la organización.

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