El Turu acaba con el Mallorca

El Turu Flores desquició al Mallorca y encumbró a su equipo a la tercera plaza de la Liga. El delantero argentino no marcó pero tuvo una participación activa en los dos goles, uno de ellos marcado en propia puerta por el central Marcelino Elena. El Turu se bastó para convertir en un manojo de nervios a la defensa más segura de Europa. El Mallorca, que perdió su segundo partido de la temporada (el Valencia le ganó 0-1), en el Lluis Sitjar retrocede a la sexta plaza por primera vez y fracasa en su intento de cerrar con un triunfo una semana clave en las que había derrotado al Atlético de Madrid (1-2) y al Varteks en la Recopa (3-1). En el peor momento y ante el rival más inoportuno falló una de las piezas clave del andamiaje de Cúper. El internacional de reciente cuño Marcelino Elena se encontró de sopetón con el balón a un metro de la línea de gol, no supo qué hacer con él o no le dio tiempo a reaccionar y lo introdujo en su propia portería. Turu Flores, que había cabeceado con suavidad en la jugada previa fue el primer sorprendido con el desenlace de una jugada aparentemente inofensiva. Pero fue a partir de esta acción cuando empezó a decantarse el duelo.Todo lo que había ocurrido en los 20 minutos iniciales no pasó de ser una simple declaración de intenciones entre dos equipos que se conocen hasta la saciedad y que saben hurgar allí donde más le duele al contrario. El Deportivo afrontó el compromiso como auténtica bestia negra del Mallorca, ya que además de haberle eliminado en la actual edición de la Copa del Rey, nunca ha perdido con los isleños desde que lo dirige Cúper. La defensa del Mallorca, además de ser la más sólida de todas las Ligas europeas, representa el santo y seña del esquema empleado por su entrenador. Si fallan los de atrás el edificio se viene abajo. Y eso sólo ocurre en muy contadas ocasiones. Salvo que enfrente se encuentre Turu Flores. Este futbolista, engañosamente patoso y con algunos kilos de más, tiene una especial habilidad para descentrar a la zaga isleña. Ya lo hizo en la Copa del Rey al dar el gol en bandeja a Djalminha que adelantó al Deportivo y que luego acabaría en empate (1-1) y también fue la pesadilla balear en la vuelta en Riazor. Por eso, Turu, que arrastra sus duelos con Roa y Siviero desde la Liga argentina, cuando jugaba con el Vélez Sarfield, no pudo evitar una sonrisa cómplice cuando Marcelino marcó el autogol.

El Mallorca se encontró, de repente, en la peor de las situaciones imaginadas. De hecho el conjunto isleño nunca ha sido capaz esta temporada de remontar un gol en contra. Siempre ha perdido cuando ha empezado con el marcador desfavorable.

Todo parecía en contra cuando Fran quiso solidarizarse con su rival al enviar un balón a las gradas en una situación inmejorable para aumentar el marcador. Corría el minuto 40 y hubiese supuesto la sentencia definitiva. La verdad es que nadie puede reprochar al Mallorca falta de ganas o de empeño para remediar el desaguisado. Pero el equipo estuvo espeso. Pineda no mejora las prestaciones de Miquel Soler en la banda izquierda, Francisco Soler no es desequilibrante en los últimos metros y Chupa López no hizo olvidar a Biagini. Sólo le queda Stankovic como gran argumento ofensivo. Y eso no bastó ante el Deportivo que tuvo en el Turu al jugador más desequilibrante. El delantero argentino se llevó a media defensa por la banda izquierda y centró para que Ziani, a placer, batiera a Roa por segunda vez en el encuentro.

En el banquillo isleño, Cúper se tomaba la cabeza con las dos manos. Dos goles en contra provocados por el mismo jugador. Y pudo llegar el tercero, pero Djalminha estrelló el balón en el larguero.

Con el Mallorca desquiciado y totalmente roto, Ibagaza marcó el 1-2 y llevó la zozobra a las filas gallegas en el último tramo del partido. Fue una forma de maquillar la derrota de los isleños, cantada desde mucho antes. El Deportivo le tiene tomada la medida al Mallorca y en esa circunstancia se apoyó para firmar su candidatura al título de Liga.