Wall Street fracasa en el intento de cerrar sobre los 10.000 puntos
La Bolsa de Nueva York conquistó ayer, y de forma contundente, los 10.000 puntos en el índice Dow Jones de valores industriales, pero sólo durante unas horas. Al cierre, los inversores plegaron velas y retrocedieron con la misma alegría con que habían avanzado. El rebote fue violento. El índice Dow Jones cerró con un retroceso de 94,10 puntos (0,94%), es decir, una oscilación de más de 170 puntos en la sesión.
La Bolsa de Nueva York situó su principal índice, el Dow Jones de valores industriales, por encima de los 10.000 puntos desde el mismo momento de la apertura y coincidiendo con la jornada de vencimiento de los mercados de futuros, aunque el espejismo se desvaneció entrada la segunda parte de la sesión. A media jornada el Dow Jones se mantenía en 10.032 puntos y antes había llegado a 10.085. Al cierre, todo quedó en humo y el Dow Jones, en 9.903,50.La publicación del IPC de febrero el día anterior, confirmando la ausencia de tensiones inflacionistas en una fase de crecimiento importante, aunque algo irregular, parecía convencer a los inversores de que el futuro de la renta variable mantiene todos sus atractivos.
La conquista de la cota de los 10.000 puntos parece haberse convertido en una expedición de alta montaña, con una primera toma de contacto con la altura en las primeras sesiones de la semana, unos días de aclimatación y el asalto final en las mejores condiciones posibles. Pero una vez en la cima, resultó que faltaba oxígeno.
Para los analistas, existen muchos problemas en la trayectoria de la economía estadounidense, la mayoría de ellos centrados en la fortaleza del dólar. La capacidad de compra de la moneda de Estados Unidos ha situado el déficit comercial en el nivel más alto de la historia, pero ése es un precio lógico a pagar por encabezar la economía mundial.
Los bajos precios de los productos importados por Estados Unidos, sobre todo de las materias primas, permiten mantener baja la inflación, pero al mismo tiempo empiezan a acarrear problemas a la industria nacional, cuya competitividad ha caído en picado y ha levantado la primera oleada de protestas. Lo que es bueno para unas cosas, la inflación, es malo para otras, la industria, y los resultados empresariales reflejarán esas contradicciones a muy corto plazo.
Así las cosas, la Bolsa puede estar apostando por un espejismo, pero lo que de verdad importará seguramente a los inversores es que no se va a producir competencia alguna entre la renta fija y la variable, porque la Reserva Federal (banco central) no va a subir los tipos de interés con las actuales tasas de inflación.
Los mercados de valores europeos se dejaron llevar por la inercia alcista inicial de Nueva York, aunque con resultados muy diferentes. La Bolsa de Madrid ganaba un 0,35% en una sesión semifestiva y su índice general no conseguía superar el nivel de los 900 puntos, mientras que Londres subía el 0,80%. París y Francfort tuvieron actuaciones más destacadas, con ganancias del 1,62% y del 1,65%, respectivamente.
Los analistas conceden una importancia relativa a los avances de los mercados europeos puesto que, contrariamente a lo que sucede en Estados Unidos, la evolución de la economía de la zona euro apunta hacia una ralentización.
La parte positiva de este enfriamiento económico, si es que la hay, es que puede llevar al BCE a recortar los tipos de interés para intentar la reactivación de la economía, algo a lo que hasta ahora se han negado los responsables.
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