La Unión de Artistas Visuales publica "Servicio público", la primera parte del Libro Blanco del sector

En los años noventa se ha agudizado, a escala internacional, una creciente tendencia a privatizar lo que hasta entonces se consideraban servicios públicos. Entre éstos pueden englobarse las instituciones culturales y artísticas. Este es el trasfondo que enmarca el libro Servicio público. Conversaciones sobre financiación pública y arte contemporáneo, que ayer se presentó en Barcelona y que, coordinado por Jorge Ribalta, publica la Unión de Asociaciones de Artistas Visuales como primera parte de su Libro Blanco del sector. En el futuro, la Unión publicará un volumen que reunirá informes y otros documentos relacionados con aspectos legales y de mercado. Servicio público, que se ha publicado en colaboración con Ediciones de la Universidad de Salamanca, es un libro de conversaciones o entrevistas con personas significativas del mundo del arte nacional e internacional. La lista incluye artistas, directores de museo, críticos, conservadores, galeristas y teóricos. En ella figuran Thomas Ruff, Pistoletto, Daniel Buren, Beat Streuli, Hans Hacke, Jean-Christophe Ammann, Jean-François Chevrier, Francesc Torres, Ferran Mascarell, Darío Corbeira, José Luis Brea y Manuel Borja Villel. "Este tipo de estructura mediante conversaciones pretende reflejar la situación no como lo haría un informe técnico, sino a través de la experiencia concreta de personas concretas", afirma Ribalta, artista y teórico que ha invertido más de un año de trabajo en el libro. A través de estas conversaciones puede conocerse la recesión que vive el National Endowment for the Arts en Estados Unidos, y el funcionamiento de los dos modelos más divergentes en Europa: el estatalismo francés y el profesionalismo inglés. Buena parte del libro se centra en la situación española, que la mayoría considera claramente insatisfactoria. "El libro tiene una finalidad práctica para reflexionar sobre las estructuras administrativas de la cultura y comparar con otros modelos", dice Ribalta. "El objetivo era defender el concepto de servicio público en el ámbito cultural y, aunque hay otras opciones, creo que la defensa de lo público sigue siendo necesaria en España".