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Inaugurado un tramo de 10 kilómetros del nuevo eje viario Garraf-Anoia

El presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, inauguró ayer un nuevo tramo de la carretera C-15, conocida popularmente como eje Garraf-Anoia, una vía rápida que debe unir la comarca del Anoia con las del Alt Penedès y el Garraf. En 1994 ya entró en funcionamiento un primer tramo y todavía queda pendiente la conexión entre Sant Pere de Riudebitlles y Vilafranca del Penedès. El tramo abierto ayer, de 9,5 kilómetros, conecta Capellades con Sant Pere de Riudebitlles y permite que un recorrido que hasta ayer se hacía en unos 35 minutos por la C-244 hoy se pueda hacer en tan sólo 10 minutos por la nueva C-15. Durante el acto de inauguración, Pujol recordó que se trata de un eje de conexión entre el mar y la montaña, y afirmó que una vez concluido el tercer tramo "se habrán invertido 11.000 millones de pesetas". El presidente de la Generalitat apuntó también que el eje no acabará en Igualada, sino que está pendiente la construcción de una nueva carretera entre la capital del Anoia y Manresa que permitirá enlazar la costa de Tarragona con el Eje Transversal. En las próximas semanas el Gobierno catalán presentará los estudios de trazado y de impacto medioambiental de esta nueva vía. La carretera inaugurada ayer, de dos carriles (uno en cada sentido) y un tercero adicional para vehículos lentos en algunos tramos, ha tenido un coste de casi 5.000 millones de pesetas. Este alto presupuesto se debe a que discurre por unos terrenos muy abruptos que siguen el valle del río Anoia y cruzan la cordillera prelitoral hasta reencontrar el trazado de la C-244 en Sant Pere, ya en la depresión del Penedès. El resultado es una vía que en tan sólo 10 kilómetros tiene 10 viaductos, un puente de grandes dimensiones sobre el Anoia y tres túneles de entre 200 y 400 metros de largo. El tramo tiene, además, dos enlaces: uno en Canaletes (Anoia) y otro en Sant Pere de Riudebitlles. Varias asociaciones ecologistas se opusieron inicialmente a este trazado porque atraviesa un paraje natural donde viven diversas especies animales, algunas de ellas en peligro de extinción, especialmente aves de rapiña. Por ejemplo, algunas de las pocas parejas de águilas perdigueras del país. Esto obligó a la Generalitat a introducir más medidas correctoras y construir viaductos y túneles.

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