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Una escuela de cine acomete el rodaje de dos largometrajes

En el Centro de Estudios Cinematográficos de Cataluña (CECC) no están de estreno pero casi. Tras 14 años de existencia, este centro privado que imparte cursos de dirección, guión, montaje y sonido, interpretación y fotografía se ha puesto manos a la obra y, sin ningún tipo de subvención institucional, ha conseguido acometer, junto a la productora Grup Cinema Art, el rodaje de dos largometrajes hechos por alumnos y ex alumnos de la escuela. Los títulos son Después de la luz, dirigido por un alumno de tercero, de 22 años, Salomón Shang -en fase de montaje-, y Noche de fiesta, del ex alumno de 29 años Xavier Puebla, cuyo rodaje empezó el 1 de marzo y terminará dentro de dos semanas. Para Héctor Faver, director del CECC y de Grup Cinema Art -que ha emprendido también el rodaje de Tren de sombras, de José Luis Guerin-, el momento es muy importante, "una especie de sueño porque cuando empezamos apenas teníamos una camarita". Aunque no es un número definitivo, Faver cree que cada película costará unos 15 millones de pesetas: "Una producción pequeña, pero en condiciones". La aventura ha sido posible gracias a las casas suministradoras de material cinematográfico y a los alumnos, que se han empeñado en encontrar localizaciones gratis y han trabajado a destajo. Faver no oculta su satisfacción por aportar dos primeras obras "a la limitada industria del cine catalán". Ni fáciles ni comerciales Son dos historias "ni fáciles ni comerciales", asegura Faver. "Como productor", insiste, "me gusta hacer películas que sirvan para reflexionar y sentir". En Después de la luz, rodada en Sant Feliu de Codines, se refleja un eventual conflicto bélico en nuestro país y ahora. Un pintor alejado de la realidad, un restaurador de documentales que intenta preservar la memoria del pasado y un matrimonio que espera un hijo como vehículo para su salvación son los ejes de la película de Shang. "No quería que quedara claro dónde sucede esta guerra", comenta el director. Dice que por este motivo escogió el castellano, y no el catalán, como idioma del rodaje: para que el significado de la película, que abunda en las relaciones sociales y humanas, no se mezclara con hipotéticas interpretaciones políticas. Noche de fiesta -rodada en un edificio en construcción abandonado de Badia del Vallès y en exteriores de Barcelona- es la historia de un chico que, después de pasar una desenfrenada despedida de soltero, reflexiona sobre su pasado y se plantea qué hará en el futuro sumido en un estado de duda y confusión. Los actores de ambas películas son también actores en ciernes, procedentes o no de la escuela, salvo Vicky Peña, que interpreta a una prostituta en la película de Puebla. En cuanto al destino de los filmes, Faver asegura que intentará mostrarlos y distribuirlos al máximo, como ha venido haciendo con los casi 100 cortometrajes que se han rodado en el CECC.

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