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Problemas técnicos inesperados retrasan la futura nave de la NASA

El prototipo X-33 no volará hasta dentro de un año y medio

El primer vuelo de un vehículo espacial experimental, el X-33, que es el corazón de los planes de la NASA para desarrollar una nave reutilizable que sustituya al transbordador ahora en uso, se retrasará más de un año respecto a lo previsto debido a problemas técnicos inesperados. El primero de los 15 vuelos de prueba previstos para el X-33 tenía que haberse hecho este mes y no se hará hasta julio del 2000.

El X-33, representa un enfoque radicalmente nuevo para lanzar cargas al espacio con un coste menor que el actual y diversificando las misiones hasta el punto, tal vez, de inaugurar el turismo en órbita. Pero los críticos de esta nave, que es un prototipo a mitad de escala de la definitiva, señalan que el proyecto va retrasado y sufre una fuerte presión presupuestaria porque se pretende lograr mucho con un programa limitado.La NASA y el contratista principal, la empresa Lockheed Martin afirman que hay que contar con que surgirán pegas al desarrollar un programa en la frontera de la tecnología.

Los problemas esenciales que afectan al X-33 se centran en los nuevos motores y en el peso. "Cuando adoptamos el concepto del X-33, en 1996, sabíamos que este nuevo diseño era completamente nuevo y que no se había hecho nada igual antes", dice Gary Payton, jefe del programa de la NASA de lanzadores reutilizables.

El programa X-33 pretende demostrar que se pueden hacer vehículos espaciales más baratos y fáciles de operar y mantener que los actuales. El coste de poner en órbita un kilo de carga con el transbordador espacial es de 20.000 dólares (unos tres millones de pesetas), y se quiere reducir a 2.000 dólares. Para el desarrollo del X-33 la NASA aporta 941 millones de dólares (unos 140.000 millones de pesetas) y la industria unos 230 millones de dólares.

El X-33, con forma de flecha, 20 metros de longitud y otros tantos de envergadura de las alas, es el paso previo para hacer un vehículo mayor, el Venture Star, capaz de llevar al espacio cargas similares a las que van en el transbordador. El plan es construir dos Venture Star que inicien sus vuelos comerciales en 2004 bajo gestión privada para vender sus servicios a la NASA y a otros clientes.

El vehículo, de despegue vertical y aterrizaje en pista como un avión, será de una etapa, es decir una única pieza que sale de la Tierra y regresa sin desechar depósitos de combustible, propulsores y etapas de lanzamiento, como las naves actuales.

Los nuevos sistemas de propulsión están dando mucha lata a los ingenieros: en los ensayos han sufrido desde filtraciones de combustible hasta la fractura de dos depósitos en diciembre del año pasado. Y está la cuestión del peso. Se pretendía que el X-33 no pesase más de 32.000 kilos y supera los 37.500.

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